2. Una esperanza destruida, una renovada

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Necesitaba hablar con John, contarle que había probabilidades de que su hija aún se encontrara con vida. Además a él se le ocurriría un plan para encontrarla. Su familia había sufrido mucho luego de la desaparición de Emily, recorriendo hospitales, morgues, juzgados, dando declaraciones, y sin lograr nada. Habían sido años difíciles, demasiado tiempo, y ni una pista de su paradero había salido a la luz, lo que había provocado que toda pizca de esperanza se esfumara.

Me dirigí al baño y lavé mi cara. Eché una mirada al espejo, el cual reflejaba la imagen de un joven de diecisiete años, con cabello lacio color chocolate y de un largo adecuado. Me veía como cualquier adolescente normal, a excepción de los ojos, los cuales eran de un celeste claro, ellos expresaban experiencia, dolor y sufrimiento, estos sentimientos en una escala mucho mayor a la de cualquier adolescente normal. Era bastante alto y de musculatura marcada debido a que pasaba la mayor parte de mi tiempo jugando al rugby, mi pasión. La otra parte de mi tiempo, la cual no me enorgullecía demasiado, lo pasaba con chicas, pero nunca llegaba a un compromiso con ellas, no había tenido novias, ni estado en algo serio desde lo ocurrido con Emily. Aunque lo intentara, simplemente no podía, mi corazón, o lo que quedaba de él, le pertenecía total y completamente a Emily, el amor de mi vida.

El invierno se acercaba, se podía notar por la nueva dirección que el viento tomaba, el cual traía algunas lloviznas al estado de Nueva York. Tome un abrigo antes de salir y fui en busca de mi moto. Encendí el motor y tomé camino rumbo a la casa de los Dixon.

Nada había cambiado desde mi última vez allí, lo cual había sido alrededor de 4 años atrás, antes de que comenzara mi patética nueva forma de vida y de la mudanza planeada por mi madre. Bajé de mi moto y toqué timbre; al instante el señor John abrió.

-Jack.- Dijo con voz cansina pero con un tono de sorpresa. No estaba feliz de verme, por supuesto, yo le traía demasiados recuerdos de su hija.

-John, antes de que empieces tengo algo importante que decirte.-

-¿De Emily?-

-De que otra cosa sería.- Dije en un susurro mientras dirigía mi mirada a la punta de mis Converse nuevas.

-Habla.-

Rebusqué en mi bolsillo la nota de Emily que había encontrado en Central Park y se la entregué a John. Le echó un vistazo, al terminar y asimilar lo que esta decía, me observó atónito, en busca de respuestas.

-La encontré esta mañana.- Tartamudeé, tragué saliva para proseguir.- Creo que es de Emily.- Mi voz se quebró y sus ojos se iluminaron de esperanza por un segundo al oír esas palabras, pero luego volvieron a ser duros y sombríos.

-Mira Jack, no quiero crear más falsas esperanzas ni para mi familia ni para mí. No quiero que crean algo y luego caigan en la desilusión cuando no encontremos a Emily, no quiero hacerlos sufrir más.-

Todas mis ilusiones de encontrar a Emily, de contar con la ayuda de John para eso, murieron tras oír esas palabras, que se sintieron como mil cuchilladas a mi pobre corazón.

-Pero vamos a encontrarla.- Añadí con determinación a pesar del sentimiento de dolor.

-Solo voy a decir esto una vez Jack.- Inspiró profundo y dejó salir todo de una.- No vuelvas a aparecerte por aquí, no te acerques a mi familia, no les hables, no les enseñes la nota. Solo aléjate, ya hemos sufrido demasiado, volver a crear falsas esperanzas nos matará, y a ti también, solo olvídala.- Se le quebró la voz al final, pero cerró la puerta de un golpe, dejándome parado afuera, solo, con mis ilusiones destruidas, mis sentimientos heridos y mi corazón destrozado. Tenía un nudo en la garganta que parecía querer quedarse allí por un largo tiempo.

Caso DixonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora