Hipo y Astrid se miraron entre ellos para luego mirar a Patapez, uno preocupado, y la otra un poco agresiva.
-¿Patapez, podríamos hablar abajo?
-¿Abajo?
-En el suelo.
-Ahhh. C-Claro Astrid.
-Esto me da muy mala espina.
E Hipo tenía razón, ya que nada más llegar al suelo y bajarse de sus dragones, Astrid se lanzó hacia Patapez con agresividad, gritando al mismo tiempo, señal que hizo que Hipo fuera velozmente a agarrarla de los brazos y así, detenerla.
-¡Te voy a dar tal golpe en la cabeza por andar cotilleando la vida de los demás, que no solo se te va a olvidar esto, sino también nuestros nombres y tu existencia!
-¡Astrid, no! Tranquila, por favor, tranquila... Deja que Patapez se explique, ya sé que él no es el mejor ocultando cosas, pero... dale una oportunidad, cómo hicimos con Bocón. Y no se lo ha dicho a nadie, que yo sepa.
-A nadie, a nadie.
-¡Eso es porque acaba de enterarse idiota!
-Ya ya, pero tampoco hace falta ponerse así, dejémosle hablar primero.
-Vale...
-Bien... ¿Patapez?
-¡Me llamo Patapez, vivo en Berk, mi dragón...!
-¡Te voy a...!
-¡Astrid, para! Patapez, déjalo, veo que no tienes nada más que decir, así que dejaré que Astrid ponga las condiciones.
-Ahora sí que te vas a enterar...
Ella se triscó los dedos de las manos, dispuesta a coger al rubio por el cuello y amenazarlo de todas las formas posibles. Hipo vio sus intenciones y, de inmediato, la agarró de la cintura.
-Razonadamente, Astrid, habla con él razonadamente. No hay por qué llegar a las manos.
-Yo puedo decir por qué...
Lo dijo en susurro, mientra caminaba hacia Patapez, se acercó a su cara, y apuntándolo con el dedo le dijo sus condiciones.
-No voy a matarte, sobre todo porque levantaría muchas sospechas y porque me caes mejor que esos otros tres tarados, pero que te quede bien claro que cómo digas algo ni siquiera Hipo o tu querida dragona te salvarán de la paliza que te voy a dar.
-Va-vale Astrid, lo juro, pero...
-¡¿Cómo que pero?!
-¡No, no, no niego lo que me has dicho, solo que...!
-¿Qué, Patapez?
Hipo intentó intervenir antes de que Astrid rompiera su promesa de no matarlo.
-Bueno, es que... Si por alguna casualidad muy remota, alguien os ve haciendo... lo que quiera que hagáis... y me pregunta a mi... ¿Qué hago?
-Cerrar la bocaza si no quieres perder los dientes.
-Aaaastrid, recuerda; razonadamente. Bien, Patapez, supongo que lo mejor que podrías hacer es disimular un poco, pero sin eso de "Me llamo Patapez..." y esas cosas, y si al final no se lo cree nadie, pues... di lo mínimo que puedas, y déjanos a nosotros el resto. De todas formas, ya llevamos demasiado tiempo escondiendo esto, y puede que sea entretenido y emocionante, pero cansa un poco.
-Esta bien... ¿Pero y si se me escapa a mí, o lo digo todo en lugar de un poco?
-Entonces vete preparándote, porque habrá llegado tu hora.
-Entendido, Astrid, demasiado bien entendido. No se lo que le harás a Hipo cuando haga algo que te moleste...
-¡Nada, y eso a ti no te importa!
-Bueno, y... hablando de lo que dijiste antes, Hipo, de que lleváis "demasiado tiempo escondiendo esto...", ¿cuánto tiempo es eso?
-A tí que te importa.
-Gracias, Astrid, se ve que te has tranquilizado.
-¡Oye, a mi con esas no me vengas, ehhh!
-Solo es sarcasmo, Astrid. Y, respondiendo a tu pregunta... hoy es nuestro segundo aniversario.
-¿Enserio? ¿Lleváis dos años saliendo y nadie se ha dado cuenta?
-Sí y no... Bocón sí, y ahora tú también, supongo.
-Sí, y os prometo que no diré nada, a menos que ocurra lo que dije antes, aunque habría que tener mala suerte para que pasara eso.
-Bueeeno... nosotros ya nos vamos, ¿verdad, Hipo?
-Sí, sí, sobre todo porque no voy a pasarme todo nuestro aniversario pensando en qué momento intentarás estrangular a Patapez.
-¿Y si lo hago ahora?
Patapez tragó saliva, nervioso e incómodo.
-Será mejor que nos vayamos. Adiós, Patapez.
-Espera, ¿qué digo si me preguntan dónde estáis? Porque si os vais de la carrera, los gemelos y yo ganaremos por abandono, y tendré que decir por qué habéis abandonado la carrera.
-Pon una excusa cualquiera, ¡pero que sea creíble!
Hipo se subió a su dragón y fue a por Astrid, que ya había emprendido el vuelo hacia el horizonte, dónde Patapez los vio perderse mientras volvían a colocarse exactamente igual que cuando los miraba antes de que ellos lo vieran, pero entre beso y beso, hablaban, y Asteid miraba hacia atrás con un rostro amenazador hacia el rubio. Él, para eliminar tensiones entre ellos, decidió despedirse.
-¡Adiós, chicos, y feliz segundo aniversario!
Y Astrid se despidió con la mano, algo que impresionó bastante a Patapez después de todo lo que había pasado, pero ella era la que estaba mirando hacia él, el castaño ni se enteró de lo que pasaba, ocupado besando a la chica de sus sueños, con la que estaba celebrando un día más que especial.
Pero, no todo tenía que acabar bien. Hay algo que no vieron, o alguien, aunque era difícil verlo, a pesar de ser quien era. Esa persona, montada a lomos de su dragón, estuvo observando absolutamente todo lo que había pasado sin poder oir nada, hasta que escuchó a Patapez decir "Feliz segundo aniversario", y confirmó aquello que en su mente tanto se había negado.
Holaaa. Me he retrasado una semana, y encima si avisar, lo sé, pero los avisos no merecen la pena. He estado muy ocupada últimamente, y como también sé que no os interesa mi vida, he encontrado una explicación a esto: soy como un youtuber, solo publico cuando estoy inspirada. Ah, y para hacerlo más interesante, los que queráis decidme quien creéis que es la persona que los estaba viendo. Seguro que acertáis todos. Bueno, muchas gracias por leer esta historia. OS QUIERO, XAOOO♡♥♡
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Amor Secreto *CANCELADA*
Fanfiction¿Alguna vez habéis pensado en qué pasó con lo de Hipo y Astrid después de todo lo que viveron juntos? Esta historia trata sobre todo lo que no conoce nadie, lo que no salió en las películas ni en las series. Ellos tienen algo que no nos han contado...