Ya era de noche, e Hipo tenía que ir a su cita diaria, momento que no le gustaría mucho, a pesar de que hubiera días en los que esperaba ansioso a que llegara la hora en la que podía besar y abrazar a su novia sin que nadie los molestara, ese no era uno de esos días.
Y es que cómo le dices a la mujer más fuerte, y agresiva en su opinión, que uno de los hombres más habladores de Berk sabía lo suyo o, mejor dicho, lo había vivido. Astrid también era dulce y romántica, pero eso era algo que incluso a Hipo le costaba sacar de ella, y siempre tenía que ser en las situaciones adecuadas cuando estaban a solas.Cada vez se acercaba más y más, haciendo que su cuerpo temblara y su mente le dijera que al llegar se callara lo de Bocón, pero en el fondo sentía que tenía la obligación de contarselo todo, absolutamente todo, y es que él creía que en toda relación debía de haber sinceridad, pero con cuidado en las cosas más delicadas, como esa.
Aterrizó en el campo de flores, que era la zona más amplia de su sitio, viendo a Astrid esperándole, apoyada en un árbol, con una pequeña mueca de enfado casi inexistente, pero era Astrid, y eso quería decir que ese pequeño enfado no iba a pasar desapercibido. Hipo sabía eso, por lo que su voz sonó bastante nerviosa, igual que cuando intenta esconder algo, solo que en esemomento estaba retrasando el momento de decírselo.
-¡Astrid! ¡¿Qué tal estás?! ¡¿Qué has hecho hoy?! Me valen detalles, yo te escucho.
-¿Dónde has estado? ¿Y por qué te comportas cómo cuando descubrí lo de Chimuelo?
-Pues... fui a buscar flores para ti, milady.
-¿Y dónde están?
-Ehhh, me las he dejado en la bolsa de Chimuelo, ahora vuelvo.
Se fué corriendo hacia su dragón, y aprovechando que estaba en el campo de flores, cogió un par de ellas, las que pilló, no tenía tiempo para hacer una selección entre las más bonitas, y volvió hacia la rubia.
-¡Aquí están! Para ti, milady.
-Muy bien, gracias por las flores recién arrancadas de este jardín, cariño.
-Ehhhhh...
-Déjate de ehs y dime la verdad. ¡Ahora!
-Vale vale, tampoco hace falta gritar. He tardado porque... (no quería venir sin saber cómo decirte algo).
Lo último lo dijo susurrando tan bajo que casi ni él mismo se escuchaba.
-¿Qué?
-¡Qué no quería venir sin saber cómo decirte que Bocón nos vió besarnos ayer por la noche en la plaza!
¡¿Qué?!
Él se percató de lo que acababa de decir.
-Ay madre... Se me ha escapado, quería decírtelo de una forma más... delicada. Lo siento, pero no ha sido culpa mía.
-Vale... ¡A quién se lo ha dicho!
-¡A nadie! Cálmate, por favor, no va a pasar nada.
-Me calmo, me calmo... Pero quiero que me expliques qué ha pasado.
-Está bien... Esta mañana, al ir a la herrería, Bocón empezó a decirme cosas muy raras, y entonces me dí cuenta de que estaba insinuando que nos había visto, y cuando por fin lo confirmó, me dijo que se lo contara todo, y...
-Lo hiciste.
-Eso mismo.
-¡Estás loco! ¡¿Qué le has dicho?!
-¡Nada! Solo lo básico, no le di ningún detalle.
-Más te vale. Espera... ¿A qué llamas tú "lo básico"?
-Ehhm, pues... Le dije cómo empezó todo, el tiempo que llevamos y... lo de este sitio.
-¡Le hablaste de nuestro lugar secreto!
-¡Solo le dije que ese día ibamos a ese sitio, me preguntó dónde estaba y le dije que no le diría nada sobre eso!
-Bueno... Solo una cosa más.
-¿Qué?
-¿Se lo ha dicho a alguien? Porque como lo haya hecho...
-¡No! No, tranquila, no se lo ha dicho ni se lo va a decir a nadie, quizás el nombre sea solo un nombre.
-Bien... Pero lo vigilaré de vez en cuando.
-Mientras solo sea eso, por mi genial.
-No creas que te has librado.
Astrid le dió uno de sus típicos golpes en el brazo, algo más flojo que antes.
-¡Ouch!
-Esto, por ser un idiota despistado.
-Bueno, que nos viera no fue culpa de nadie.
-Y esto...
Lo acercó a ella, cogiéndole por la parte de atrás de su cabeza, y lo besó, siendo correspondida, y así demostrándole que, tratándose de él, era difícil hacerla enfadar, por lo menos no tanto cómo con otras personas.
-Por todo lo demás.
-¿Y me podrias explicar qué significa lo de "todo lo demás"?
-Por ser sincero conmigo, a pesar de conocer bien mi carácter.
-Yo nunca te mentiría, a menos que fuese totalmente necesario.
-Lo mismo digo, aunque quizás retoque un poco la verdad.
El castaño rió al escuchar eso, no esperaba menos de ella.
-Te quiero, milady.
-Awww, yo también te quiero, Hipo.
-¿Y ahora qué hacemos?
-No sé... ¿Te acuerdas de cuando miramos las estrellas después de que empezáramos a salir?
-Sí.
-¿Y si lo repetimos?
-Nada me gustaría más.
Se tumbaron en el césped, acurrucándose, y así continuaron, mirando las estrellas entre besos y caricias, sabiendo que, aunque hubiera una tercera persona que supiera lo suyo, sin contar a los dragones, nada podría romper su relación, ya que, a su vista, era perfecta.
Holiii, siento haber tardado tanto, ya dije por qué en el aviso, que voy a borrar nada más subir esto. Supongo que a partir de ahora subiré más irregularmente, lo sientp mucho por eso, pero si no tengo inspiración al escribir la historia pierde calidad. ¡Gracias por leer, os quiero muuucho! Chau ♥♡♥
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Amor Secreto *CANCELADA*
Fanfiction¿Alguna vez habéis pensado en qué pasó con lo de Hipo y Astrid después de todo lo que viveron juntos? Esta historia trata sobre todo lo que no conoce nadie, lo que no salió en las películas ni en las series. Ellos tienen algo que no nos han contado...