capitulo 7

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Una semana había pasado desde que me encontré con Erick y los chicos en la playa, lo único que recuerdo de eso fue quedarme dormida sobre alguno de ellos. También recuerdo haberles hablado del abandono de mi padre, y no logro entender la razón de eso, supongo que fue un impulso. No voy a decir que en el tiempo que he pasado junto a los chicos he sentido fuertes sentimientos hacia ellos, porque simplemente no es así , (o eso es lo que quieres creer) no, no lo es, pero en el fondo como mi amada conciencia piensa sé que no falta mucho para que comience a tenerles afecto. Si bien trato de ser lo más fría posible frente a la gente, en el fondo mi mayor defecto es confiar demasiado en la gente. A pesar de las innumerables personas que me han fallado, siempre termino encariñándome con los demás. En fin, recién es lunes y estoy en la tercera hora de historia deseando ser el pajarito que vuela libre por el cielo. Qué lindo día. -Señorita Lombard... Tengo el cuerpo en el salón y la mente en el patio de afuera. Aunque en lo único que puedo pensar es en comida. ¿Cómo sabrá un pájaro? -Natasha... Me pregunto que servirán hoy de comer, me comería un caballo entero. Creo que... -¡Natasha Lombard! - me sobresalté por el grito del profesor. -¿Qué ocurre? -pregunté. Tenía a toda la clase mirándome, pero a diferencia de las miradas de mis compañeros, la del profesor era de enojo y frustración. ¿Tanto tiempo habrá estando llamándome? - ¿Quiere que le diga que ocurre?-dijo apretando con fuerza los dientes, uy alguien se enojó - le diré que ocurre, ocurre que podrá continuar disfrutando de la vista en el salón de castigo, tiene unas grande ventanas y una gran vista del parque- finalizó. Rodee los ojos, ¿tanto pamento para decirme que atienda? Y ¿Cuántas veces dijo la palabra ocurre? Genial, y yo que quería llegar temprano al gimnasio, tendré que disculparme con David y Damien.( Por si se preguntan quién carajos son), son los hijos del dueño del gimnasio, si bien no tienen el mismo apellido, ya que David es Hamilton, y Damien Warner, me contaron que Damien fue adoptado por la familia Hamilton cuando tenía 12 años, pero que le gusta mantener su apellido verdadero, ya que le recuerda a su difunto padre. Y pensarán, pero que chusma esta, una semana de ir y ya es amiga de los hijos del dueño y además ya averiguó toda su vida. Pero no, no me sé toda su vida, solo una parte, un poco más tal vez, y tampoco es que haya contratado a un detective privado para que los investigue, eso sería raro, y medio psicópata...pero me fui de tema, en fin ¿en que estaba? A sí, todo eso salió a la luz luego de una muy movida y reconfortante pelea de box entre Damien y yo. En la cual yo obtuve dos amistades y Damien un corte en la ceja derecha y un ojo morado. Y, a que no adivinan la causa de la pelea...vamos, les doy unos minutos para que piensen. Si dijeron que fue porque insinuaron que una "chica como yo" no debía de estar en un lugar como ese, entonces me honra informarles que... ¡acertaron! Y si no dijeron eso entonces es porque no están atendiendo a la historia. Que feo eso. Ahora que lo pienso, todas mis amistades con chicos comienzan por un enfrentamiento. Rato después de que el profesor mandara a otro a castigo sonó la campana del almuerzo. ¡Comida! Finalmente el de allá arriba oyó mis plegarias. Luego de codazos, patadas y empujones de parte de los estudiantes logré llegar a la cafetería intacta, aunque un chico se llevó un codazo en la nariz de mi parte. Al parecer no soy la única con ganas de un descanso. Me dirigí a la mesa de Chase, acordamos que me sentaría una semana con cada grupo, esto se acordó luego de un enfrentamiento entre ambos por quien me conocía más. Lo sé, más infantiles imposible. No estuvieron muy conformes pero aceptaron, deposite mi hermoso trasero junto a Sean y Caleb y deje mi bandeja en la mesa. Una de las condiciones de que me sentara con ellos era que Ashley y el resto pudieran sentarse también. No es que seamos mejores amigas entre las chicas, aunque debo admitir que un poco de compañía femenina me alegra bastante. -¿Qué tal tu día?- me preguntó Sean saludándome. -Perfecto - exclamé - he conseguido un pasaje vip al salón de castigo - ¿Otra vez? - preguntó entre asombrado y divertido Alex.

Algo así como asomvertido.

(¿Qué)

Nada

-¿Qué te digo?, los problemas me persiguen- dije comiendo de mi puré. Sí que estaba bueno. -Más bien tu a ellos- comentó Nick divertido. Los chicos rieron, y yo no pude disimular una sonrisa.

La perfección nø existeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora