Mi pequeña amiga

Capítulo 3: "La sorpresa de Finn"

Capítulo 3

*Al día siguiente*

Entré al colegio con ganas de ver a Rachel y hablar sobre lo que había pasado. La busqué y la encontré en su casillero colocando algunos libros en él.

- Hola – le dije algo tímida.

- Hola – ni se molestó en mirarme a los ojos.

- Escucha, sobre lo que pasó ayer... En serio lo siento, no quería hacerte sentir mal, o algo por el estilo. Por favor no estés molesta conmigo ¿sí?

- ... - seguía guardando sus cuadernos.

- ¿Rachel? – buscaba su mirada. - ¿Te pasa algo?

Ella cerró su casillero y se apoyó en él, se acomodó el cabello detrás de la oreja, miró al techo al mismo tiempo que dio un pequeño suspiro, me miró a los ojos con ese brillo de siempre y por fin se decidió a decir algo.

- Quinn, no es necesario que me des un discurso disculpándote.

- ¿Ah no? – dije sorprendida.

- No... y si querías mi opinión, – bajó el tono de voz – sí me pareció lindo el beso... Pero no creo que haya sido lo correcto.

- ¿Por qué?

- Es que... apenas te acabo de conocer. Además, Finn te quiere recuperar, y él es... – bajó su tono de voz de nuevo. – Ya tú sabes... y yo no quiero romper una familia.

- No regresaré con Finn, Rachel, está decidido. Además no te pido que te cases conmigo o algo parecido, quiero ir lento, súper lento. Debo resolver muchas cosas antes.

- Que bueno, pensé que esto nos convertiría en algo oficial.

- No, claro que no, pero... ¿por qué te fuiste así?

- No lo sé. Creo que... simplemente estaba nerviosa.

- ¿Yo te pongo nerviosa? – se dibujó una media sonrisa en mi cara.

- No... sólo... estaba nerviosa y ya. Creía que estaba mal hacer eso. – calló por unos segundos. – Y... a ti... ¿te gustó? – pude notar cómo se sonrojaba.

Yo tenía esa sonrisa tonta que siempre ponía cuando Finn me decía cosas lindas. Quería decirle que obviamente no me gustó el beso, sino que me encantó, que lo estaba buscando desde aquel día en el baño, que si por mí fuera le daría cientos más, que al dárselo sentí de nuevo esas mariposas... y estaba a punto de hacerlo hasta que llegaron Santana y Brittany e interrumpieron nuestra conversación que tanto había ansiado desde ayer.

- Finn te busca. – dijo Santana poniéndose entre Rachel y yo.

- ¿Y por qué no viene él? – me crucé de brazos.

- Porque está tan gordo que le da flojera mover toda esa grasa.

- Qué cruel... – intervino Rachel.

- ¿Berry? – la miró extrañada. – ¿Qué haces junto a ella, Quinn? ¿Tus padres quieren crear una fundación de ayuda para judíos necesitados ahora?

- No, Santana, Rachel es mi amiga ahora, y me sorprende que recién te des cuenta de ella, si ha estado junto a ti todo este tiempo.

- Oh, perdón es que es tan enana que no la vi.

- Te conviene no decir nada más, sería una lástima que alguien le contara a todos tu pequeño secretito ¿no es así? – la miré desafiante.

- me miró con una mezcla de nerviosismo y furia. – Finn te espera, no te demores. – se cruzó de brazos y se fue junto a Brittany.