Capítulo 1: "La respuesta y la chica del baño"

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Camino por los pasillos, con la cabeza gacha, pensando en todos los problemas que vendrían a mí luego que todos se enteren, el qué dirán mis padres – me los imaginaba gritándome y yo llorando descontroladamente. – cómo lo tomará Finn, qué haré con mi vida de ahora en adelante. En mi cabeza no dejaba de escuchar esas voces de mis amigos, recordándome lo estúpida que fui, se escuchan tan claras, que casi pareciera que fueran reales.

Estaba asustada, esto lo estaba sintiendo hace unas semanas, pero no quería creerlo, me he sentido mareada, con nauseas, en muchos momentos tuve que pedir permiso para ir al baño y vomitar, me hice una prueba y dio positivo. Prácticamente sólo soy una niña, no sé cómo hacerme cargo de un bebé, siempre he sido una pésima niñera, tenía tanto miedo, que las lágrimas estaban a punto de salir de mis ojos, pero me contuve, no podían ver llorar a Quinn Fabray, no puedo mostrar un signo de debilidad, todos me respetan y si se enteran de que me pasó esto, se reirían de mí, sería el centro de burlas, de sólo pensar en eso me hace sentir más avergonzada de lo que estoy ahora.

Los demás no deben verme triste, así que levanté la cabeza, sequé una lágrima que ya salía de mi ojo y seguí mi camino por los pasillos hasta donde se encontraba Finn, estaba guardando algunos libros en su casillero, a su lado estaba Puck, su mejor amigo, es todo un patán, pero a veces era muy caballero.

Al llegar al lado de Finn, hice que Puck se fuera con un movimiento de mano, a lo cual él obedeció.

- Hola, Finn. – le dije un poco desanimada.

- Hola, amor. – me dio un pequeño beso en la boca.

- Escucha, te tengo que decir algo. – se me hizo un nudo en la garganta.

- Yo también, es algo muy importante.

- Entonces, dilo tú primero. – dije curiosa.

- Está bien... ¡Decidí unirme a la escuela militar! – dijo emocionado.

- ¿A la escuela militar? ¿Por qué?

- Quiero ser un militar como mi padre, quiero ser alguien en la vida, sé que él estaría muy orgulloso de mí si sigo sus pasos.

- Oh Finn, eso es muy admirable de tu parte...

- Sí, pero hay otra parte, es que tendré que mudarme, y tal vez no nos podamos ver tan seguido, creo que casi ni tendremos tiempo de vernos. Pero antes de hacerlo te quiero consultar, tú que eres mi novia, debes decirme si quieres que me quede, porque no me puedo ir dejándote sólo así ¿quieres que me vaya o que me quede?

Esa pregunta me chocó mucho, ¿qué debía hacer? ¿Decirle que se quede porque estoy embarazada o que se valla y siga los pasos de su padre y ser feliz? Tenía otro problema, no quería quitarle la ilusión con la noticia del bebé, él no podría ser padre tan joven, le quitaría su juventud y libertad, no puedo obligarlo a una aburrida vida de padre, así que sin darle mucho rodeo tomé una decisión.

-Escucha Finn, sé que esto es muy importante para ti, porque no pasaste mucho tiempo con tu padre, así que... sí, ve a la escuela militar.

- ¡¿Enserio?! Oh, gracias Quinn. – me abrazó, me cargó y dimos vueltas. – Y bueno ¿qué era eso que me querías decir?

- Ah... - me quedé paralizada por un momento – No nada, olvídalo, no era nada importante.

*Tocó el timbre*

Nos fuimos al salón tomados de la mano, como si fuéramos la pareja perfecta. Finn se veía tan feliz de meterse a la escuela militar, él aún tenía ese espíritu de niño, pero no podía cuidar uno.

Mi pequeña amigaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora