Capítulo 9: "Sus padres"

465 22 0
                                    

Rachel antes me había mencionado lo de sus padres, pero yo pensaba que cuando decía "padres" se refería a madre y padre. Cuando me dijo que tenía dos papás pensaba que tal vez su mamá no era muy femenina que digamos y por eso la consideraba como un segundo papá, pero al parecer no era así. Me sorprendí cuando al entrar a su casa vi a dos hombres. Uno alto con nariz aguileña y orejas puntiagudas que usaba gafas y otro más bajo y moreno de cabello ensortijado con frente amplia y nariz un poco grande.

- ¡Buenos días, papá. Buenos días, papi! – los saludó al entrar.

- Buenos días, cariño. Veo que vienes acompañada – dijo el papá más alto.

- Sí – me miró feliz –. Papás, ella es Quinn Fabray... mi novia.

Ambos padres abrieron bien los ojos y la boca, pero no parecían asombrados, más bien emocionados. Probablemente hubieran estado esperando ese momento desde hace mucho tiempo.

- ¡Al fin! No sabes cuánto quería escuchar eso. Y se ve que es una gran chica. Bonita, en forma, lindo cabello, hermosos ojos, y por quererte a ti, debo juzgar que es muy inteligente – me guiñó un ojo y me sonrojé.

- ¿Y qué te hizo fijarte en nuestra hija, Quinn? – preguntó el otro padre.

- Pues... – estaba avergonzada y nerviosa porque no encontraba las palabras – no lo... no sé – agaché la mirada.

- No te preocupes. El amor no es algo que se explica, es algo que se siente – dijo el primero haciéndome sentir ya no tan avergonzada, pero seguía sonrojándome.

- Llevaré a Quinn a mi habitación. No hay problema con eso ¿no?

- No sabía que ibas tan rápido, hija – dijo el más alto.

- Papi... – ella se sonrojó.

- Es broma, pueden irse.

Subimos a la habitación de Rachel apresuradamente y ambas coloradas por nuestro primer encuentro con sus padres. Era como me lo imaginaba: algunos peluches, colores claros (resaltaba el rosa y blanco), sábanas rosa, algunos cuadros de flores, varios adornos, muchas fotos de ella, sus padres, y de concursos a los que había asistido.

- Gran conversación allá con mis padres   – dijo sarcásticamente.

- Perdón. Es que estaba nerviosa porque es la primera vez que los veo.

- No hay problema. Además creo que les agradas.

- ¿Cómo lo sabes?

- No te han botado a la fuerza. Mis padres siempre tienen buen juicio con las personas a la primera vez que las ven. Sobre todo Hiriam. Él siempre me protege de las personas que no le agradan.

- Al menos eso es buena señal.                       

- ¿Y... qué quieres hacer primero?

- No lo sé – me senté en su cama –. Tú eres la anfitriona – la miré arqueando una ceja.

- ¿Te parece si primero me ayudas con la tarea de Álgebra y luego vemos una película?

- Claro, lo que sea por Rachel Berry – hice que se sonrojara y solté una risita.

- Okey, entonces... Sacaré mis cuadernos... – cogió su mochila y al abrirla se cayeron unos cuadernos.

- Yo te ayudo – me agaché para recoger algunos.

- Gracias – nos miramos a los ojos por unos segundos.

Nos pusimos a resolver los ejercicios con un poco de música para que no se nos hiciera tan aburrido y ya habíamos terminado todos en menos de 1 hora. Me sorprendí porque nunca había terminado tan rápido una tarea que incluyera números.

Mi pequeña amigaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora