xxxvi.

462 58 6
                                    

hoy a la salida sentí una mano detener mi brazo. volteé rápidamente y sin evitarlo una sonrisa se instaló en mi rostro al verle justo tras de .
él sonrió también, fue débil, inexperta y ligera, casi inexistente, pero bastó para que mi corazón quisiera salir de mi pecho.

Calum; CashtonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora