xlviii.

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lo había logrado. calum aquella mañana, tras una torpe sesión de besos me había dicho que yo era su razón.
su única razón para seguir de pie. yo lo había resucitado, poco a poco había logrado sacarlo de aquella profundidad que lo sumía en su oscuridad.
me había convertido en su razón para vivir, lo había hecho feliz.

Calum; CashtonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora