Hechizado [A #1] ✔

5

Capítulo 5: Descubriendo razones.

Bajo las escaleras tratando de no hacer mucho ruido, lo cual es estúpido, ya que el taller está en funcionamiento. Se escuchan hombres gritando, maquinaria encendida, motores corriendo y más, por lo que unos cuantos pasos bajando las escaleras no van a llamar la atención, mucho menos distraer a alguien.

Termino el trayecto descendente lo más rápido que puedo abrazando mi mochila contra mi pecho y luego, en un intento de ser invisible y que nadie me note, me adhiero a la pared y busco la salida de ese lugar, con un sentimiento de humillación.

Suelto un suspiro aliviado una vez que llego al exterior. Me encuentro cabreada, muy molesta y dolida con Colton por haberse ido y dejarme sola sin decir nada ni dejar alguna nota. Sé que lo que tuvimos no fue especial para él, pero debió tener la decencia para pedirme que me marchara o... No sé, decirme algo, cualquier cosa, pero no dejarme ahí como algo que desechar.

Le ofrecí mi cuerpo por el puro placer de tenerlo entre mis brazos, y ahora me siento como algo sucio y sin valor.

"Pero bien que lo disfrutaste anoche, ¿no, Anya?".

Frunzo el ceño al darme cuenta de que mi consciencia se ha vuelto en mi contra. Ahora está a favor de Colton. Seguramente la convenció con el trato tierno de anoche. Maldita traidora.

Mientras me dirijo a casa, analizo la ropa que llevo puesta y bufo molesta. La camisa y pantalones que me puse después de darme un baño anoche huelen a él y eso me enerva, hace que me hierva la sangre. El recuerdo de su voz susurrando cosas dulces y sucias anoche hace que mi depresión aumente.

Llego a casa y, con pesar, me doy cuenta de que mi padre no ha llegado todavía. La camioneta no se encuentra estacionada en el lugar de siempre. El saber que, una vez más, no ha llegado a dormir en casa amenaza con derrumbarme. Me encuentro cansada, molesta, triste y ahora preocupada.

¿Dónde se habrá metido? ¿Otra vez está en problemas?

Arrojo la mochila sobre los escalones y me tumbo a un lado de ella, mis ojos viajando al cielo aun nublado que amenaza con volver a desbordarse. Si vuelve a llover y mi padre no está aquí para dejarme entrar a la casa, lo voy a matar. Voy a ir a buscarlo y lo voy a ahorcar con mis propias manos por desconsiderado. Parece que no le importa que me quede sola en un barrio con tan mala fama.

Un carraspeo llama mi atención y elevo la mirada para encontrarme a Colton frente a mí. El imbécil luce más perfecto que nunca.

Maldito infeliz.

Lo odio.

—Hola —dice. No contesto—. Solo venía a traerte esto —continúa, incómodo.

Estira su fuerte brazo y me tiende una bolsa de plástico. Me pongo de pie, la tomo y la abro con curiosidad, encontrándome con mi ropa de anoche, ahora limpia y seca. Vuelvo a cerrar la bolsa y lo miro de reojo.

—Gracias.

Mi tono de voz es cortante. Quiero que sepa que estoy herida, aunque es claro que a él le da igual. Se encoge de hombros para restar importancia y luego mira tras de mí, hacia mi casa aún cerrada.

—¿Jack no ha llegado? —curiosea.

—Oh, él ya llegó. Solo estoy aquí por diversión. Ansío que vuelva a llover para empaparme toda de nuevo —digo sarcástica, aunque el sarcasmo nunca ha sido mi fuerte y parece que Colton lo toma en serio.

Me mira con las cejas alzadas y una esquina de su boca se eleva de manera casi imperceptible.

—¿Quieres repetir lo de anoche, eh? —bromea.