Capitulo 8

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EVA

El día porfín llego, la fecha más esperada para todos. No me lo podía creer, esta noche no pude dormir nada pensando en todo lo que vendría de ahora en adelante. A pasarlo genial con mis amigos, vivir aventuras impresionantes, estar en la naturaleza y miles de cosas más. A descubrir nuevo mundo.

Ya iba de camino al lugar donde nos reuniriamos todos. Estaba ansiosa, quería que ya estuviesen todos allí y salir lo antes posible. El coche iba super cargado, llevábamos las maletas de mi hermano y las mías, íbamos apretujados en la parte de atrás.

Cuando llegamos ya estaban allí Alex, Carlos y Lucas. Faltaban Emily y Karen. Habían dormido las dos en casa de Emily, seguro que se habían quedado dormidas y ahora nos tocaba a todos esperar a que llegasen. La verdad, Emily no me cae mal, solo que no soporto a la gente inpuntual. Y Karen, si me cae mal por un motivo con nombre y apellidos: Lucas Bartich. Mi propósito para estas vacaciones es llevarme bien con todos y pasarlo bien. Aunque con mi hermano aquí iba a ser dificil pasarlo bien.

- Hola chicos.

- Hola Eva, y hola Hugo.

- ¡Ey!, que pasa chicos- dijo mi hermano, como si se conocieran de toda la vida, patético.

Estuvimos 10 minutos esperando a que llegasen las chicas, 10 putos minutos perdidos. Empezábamos bien.

- Sentimos el retraso, nos quedamos dormidas.

Después de que nuestros padres hablasen y dijeran quien saldría primero para guiarle el camino a todos, salimos rumbo a nuestra cabaña.

Fue un camino bastante largo. Ya no sabía que hacer: escuché todas las canciones de mi móvil, jugué a todos los juegos que tenía, leí un libro que cogí para el camino. Estaba harta.

Al cabo de 3 horas, entramos por un camino de tierra, me había dormido y con todos las piedras del camino me desperté dándome un golpe contra el cristal. Miré al frente y la vi. Si joder. Nuestra cabaña. Me puse como loca a chillar y dar saltos en el asiento. No me lo podía creer, era más bonita de lo que parecía en las fotos. Tenía una entrada con un pequeño porche de madera, y dos mesas con varias sillas. Había un jardín gigante con muchas plantas, una fuente para pájaros y una pequeña charca. Toda la cabaña estaba rodeada de árboles formando un círculo. A través de la hilera de árboles, se veía un pantano precioso. Era increible.

En cuanto mi padre paró el coche salí corriendo a verlo todo desde cerca. En la pequeña charca había peces preciosos con nenúfares y flores. El jardín tenía el césped impecable, parecía una cabaña de lujo.

Todos salieron de sus coches y nos pusimos a dar saltos, a reírnos y tirarnos en el jardín. Juntos entramos en la cabaña. La puerta chirriaba de una forma un poco espeluznante. Había un pasillo largo con puertas a los dos lados. Había 4 habitaciones: Lucas y Alex se pusieron en una; Karen, Emily y yo nos pusimos en otra; Carlos solo y mi hermano en otra solo.

Al final del pasillo estaba el salón con una chimenea, y varios sillones (no, no había televisión). Había muchos cuadros y espejos, en cada rincón podias verte. Había dos cuartos de baño bastante grandes. Y por último estaba la cocina que tenía lo básico para vivir. También había un cobertizo al lado de la cabaña, era muy grande. Ya tenía sitio para explorar.

Cuando nuestros padres dejaron las maletas y organizaron toda la comida, se despidieron de nosotros y se fueron. Solos y perdidos en mitad del bosque, espeluznante pero increible.

La CabañaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora