ALEX
Todo es increíble, ya han pasado tres días desde que vinimos y todo sige igual de bien desde que llegamos. Todos los días hacemos algo nuevo.
El primer día escogimos cada uno nuestra habitación, yo me puse con Lucas. Después de haber organizado nuestra ropa en los armarios para que no se arrugaran salimos al patio los dos solos y por el camino estuvimos hablando.
- Tio, ¿como vas con lo de Emily?
- Si te digo la verdad, bastante mal, no hablamos nada y siempre que le hablo me contesta muy sosa. Quiero hablarlo y voy a hacerlo. Estoy harto de esto.
- ¿Y tu con Karen?- le dije mirándolo con una sonrisa pícara y dándole un codazo.
- ¡Yo nada!, somos amigos.- dijo riéndose y poniéndose rojo.
- No ocultes la verdad que se te nota mucho.- dije riéndome a carcajadas.
Me miró riéndose, saltó a mi y empezamos a revolcarnos por el suelo peleandonos de broma, riendo y saltando uno encima del otro.
Al final fuimos a ver el pantano, era enorme, en las fotos no recordaba que hubiese ninguno y en la descripción tampoco lo ponía. Una diversión más.
Al día siguiente fuimos todos a desayunar a la cocina, era gracioso ver a todos con cara de dormidos y con sus pijamas. Estuvimos hablando de todo lo que íbamos a hacer y quien haría cada tarea. A mí me tocó lavar los platos con Emily, que bien.
Después de desayunar Lucas, Carlos y yo fuimos a mi habitación. Quería contarle a Carlos lo que me pasaba con Emily y que me diera algún consejo como mejor amigo. Cuando se lo conté se quedó callado sin decir nada, era raro en él, siempre estaba haciendo bromas o riéndose de mi por estar mal, si, así era Carlos.
Dejé pasar el tema de Emily y pasármelo bien, fuimos a llamar a Hugo a su habitación para que no estuviese solo y todos los chicos juntos fuimos a explorar el bosque. Después de estar toda la tarde con Hugo hay que admitir que era bastante simpático y gracioso, no paramos de hablar y de hacer el tonto, para tener 18 años parece que tuviese nuestra edad.
- Dime Hugo, ¿por qué has querido venir con nosotros en vez de estar con tus amigos?
Se quedó callado un rato y se puso serio. Al momento respondió.
- Mis amigos no habían planeado nada para hacer en verano y yo quería hacer algo. Cuando me enteré de que mi hermana iba a una cabaña no me lo podía perder por nada.
Cuando empezó a anochecer volvimos a la cabaña, daba mucho miedo el bosque de noche. Llegamos y estaban todas las chicas en los sillones, con la chimenea encendida y hablando de sus cosas. Cuando nos vieron se callaron, Emily estaba llorando. La miré y se quitó las lágrimas como si nada, se levantó y se fué a su habitación.
Después de cenar, nos quedamos Emily y yo solos en la cocina lavando los platos. Un momento bastante incómodo la verdad. No podía aguantarlo más.
- Me puedes decir qué te pasa y no evitarme más.
Se quedó callada, seguía lavando los platos como si nada. Esto era el colmo. Corté el agua, le quité los platos de la mano y obligé a que me mirara.
- No me pasa nada.
Y se fué, sin más. Ya estaba cansado de lo mismo. Furioso. Fui a su cuarto y la cogi para que se pusiera de pié.
- Hemos terminado.
Y me fui a mi habitación con las lágrimas en los ojos, estaba fatal, no me lo creía pero era lo mejor. Me tumbé en mi cama y me dormí sin pensar en nada.
Y aquí estoy hoy, mucho mejor después de los días que he pasado, así es la vida, cambia. Un día piensas que lo tienes todo y al siguiente caes sin más. Un día piensas que eres el hombre más afortunadado del mundo y al siguiente no tienes nada. Pero la vida sigue y no te puedes rendir ante nada, hay que ser fuerte y soportar todos los obstáculos que te ponga. Y al final encontrarás lo que te hace feliz de verdad. Pero recordad: la felicidad no depende de nadie, solo de tí.
ESTÁS LEYENDO
La Cabaña
HorrorAlex, Emily, Eva, Karen y Lucas, cinco amigos que van a pasar las mejores vacaciones de su vida, ¿o no?