Capitulo 12

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EVA

Han pasado ya tres días desde el accidente de la chimenea, sigo sin entenderlo la verdad. Casi no salgo de mi habitación, he dormido fatal todos estos días.
Ayer cuando me levanté me dolía mucho el brazo y la espalda, subí mi pijama con cuidado para ver si tenía algo. No puede ser. En el brazo tenía un moratón bastante grande. ¿Cómo me lo había hecho?. Miré a mi alrededor algo asustada, no podría habermelo hecho yo sola, era totalmente imposible. Me levanté de la cama y fui al espejo del cuarto de baño. Cerré la puerta con pestillo para que no entrase nadie y me quité la camiseta. Me quedé sin palabras, sin respiración. Tenía un arañazo enorme con forma de mano en la espalda, se podían ver perfectamente los cinco dedos de la mano. No sabía que hacer. ¿Se lo decía a los chicos?, no podía, se asustarian y me harían millones de preguntas. Se me saltaron las lágrimas, no podía llorar, no. Volví a mi habitación corriendo para no ver a nadie, se notaba que me pasaba algo, era bastante obvio.
Me tumbé en mi cama y no salí de allí en todo el día, intenté dormirme y despertar al día siguiente para que todo hubiese sido un sueño, pero no lo fué. Los arañazos siguen en mi espalda y el moratón en mi brazo. He intentado taparme todos los días: cuando los chicos estaban bañándose en el pantano, yo solo los miraba, cuando las chicas estaban en la habitación y necesitaba cambiarme, esperaba a que se fuesen o me iba al baño. No podía seguir así.

Desde que llegué a la cabaña me entró mucha curiosidad por explorar el cobertizo, así que eso hice. Cogí mi móvil y fui directa al cobertizo. Vi que la puerta estaba cerrada así que lo rodee y entré por detrás como hicieron Alex y Lucas. Al entrar estaba todo bastante oscuro. Busqué por allí cerca y encontré una linterna, la cogí y empecé a buscar.

Encontré un escritorio con libros y papeles, parecían de facturas y deberes, nada interesante. En el escritorio había dos cajones pero no se podían abrir. Busqué algo para hacer palanca y ver lo que había dentro. Conseguí un hierro, lo metí por el borde del cajón y tiré. Abierto. En el primer cajón había más papeles pero en el fondo del cajón había una llave. No se de que era pero me la guarde en mi bolso, habría que averiguarlo.

Abrí el segundo cajón y encontré un diario de una tal Caroline. Esto es lo que yo estaba buscando. Lo guarde en el bolso y me puse de pié. Estaba oscureciendo. Este sitio no me estaba dando muy buena espina. Empecé a andar en dirección a la ventana cuando, de repente, escuché un golpe encima de mi. Me quedé quieta, inmóvil, no había nadie más aquí, todos estaban en la cabaña. Después del golpe, empecé a escuchar pasos. Abrí los ojos como platos. ¿Quién coño era?. Y en ese momento salí corriendo a la ventana para salir. Llegué y la ventana estaba cerrada, mierda. Los pasos seguían sonando cada vez más cerca, abrí la ventana y salté sin pensarmelo. Me hice bastante daño pero en ese momento no sentía nada, solo sabía que tenía que correr, entré a la cabaña como una loca asustando a todos, con la respiración agitada y tirándome al suelo. Empezaron a hacer preguntas pero no podía hablar.

Cuando recuperé el aliento, me puse de pie y me fui a mi habitación. No quería hablar con nadie, no sólo por que no quisiera si no porque no podía. No podía explicar qué había pasado porque no tenía sentido. Pensarán que estoy loca, pero yo estoy segura de lo que escuché y seguro que este diario tiene respuestas.

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