Capitulo 18

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EVA

Todo se acabó no voy a seguir aquí ni un segundo más. Cuando le dije todo lo que estaba pasando a los chicos no pensé que actuarian así, creía que a alguien más le pasaba algo. Y seguro que era así pero los cobardes no decían nada, al contrario me miraban con cara como si estuviera loca. No aguanto más esto. Después de que Alex viniera mi habitación acabé de hacer la maleta y llame a mis padres para que vinieran a por mí.

- Hola mamá- le dije a mi madre intentando parecer lo más calmada posible. Pero claro llevaba un buen rato llorando y mi madre lo notó.

- Hija mía, ¿Qué te pasa?

- Mamá no aguanto más quiero salir de aquí porfavor, podéis recogerme mañana. Os lo suplico.- ya estaba llorando a mares, tenían que recogerme no podía estar ni un día más aquí.

- Claro cariño, papá irá mañana a por ti. No llores porfavor, ya nos explicaras que pasó, ahora solo descansa mi niña. Te quiero.

Y con esto, colgé el teléfono algo aliviada por poder salir de este infierno. La verdad lo sentía por todos mis amigos, pero ya vi como me trataron y me miraron. Prefiero pensar en mi, por una vez en mi vida solo en mi.

Por otra parte también estaba muy contenta, porfín podría ver a Raúl, lo echaba muchísimo de menos. Desde que llegué a la cabaña no habíamos dejado de hablar todos los días por teléfono por la noche unas cuantas horas. Era mi chico perfecto, mi complemento. Nunca pensé que me enamoraria tan rápido de una persona, pero con él me estaba pasando. Quería que me abrazara y me dijera que todo iba a estar bien, que está aquí conmigo, pero no lo está. Me siento vacía, sola. Estoy perdida en mis pensamientos pasándolo como una mierda.

Mirando por última vez el armario después de mil veces, me aseguré de que no me dejaba nada. Era por la mañana muy temprano y quería salir de aquí cuanto antes. Dejé el diario encima del escritorio antes de salir, si lo veían y no me creían era su problema, más claro no podía ser todo.

Salí sin hacer ruido, cerré la puerta y me senté en las escaleras de la entrada para esperar a mi padre e irme sin esperar un segundo más. Admiré por última vez todo el paisaje, esto era hermoso, era lo mas bonito que había visto en mi vida. Me acerqué al estanque de los peces viéndolos por última vez. El pantano con el amanecer se veía precioso, saqué mi móvil y eché una foto a aquella maravilla. Por último miré hacia la cabaña una última vez, la echaría de menos por una parte, pero por la otra deseaba marcharme de aquí.

Volví a sentarme en las escaleras a esperar a mi padre, si que tardaba, estaba muy nerviosa. Después de un buen rato a lo lejos vi el coche de mi padre aparecer entre los árboles, era un camino bastante largo. Sonreí muy feliz de ver que estaba ya aquí, mi salvación. Cuando llegó a la entrada, estaba dispuesta a subirme al coche cuando, entre los árboles, vi a una niña. Abrí los ojos como platos quedándome estática. No podía moverme. Era ella, estaba segura. Caroline. Tenía un vestido y las manos llenas de sangre. Me sonreía y me saludaba con la mano. Me quedé en estado de shock.

- ¡Eva!¡Eva joder, reacciona!- en ese momento volví a la realidad escuchando a mi padre gritar.

Miré a mi padre aún con la cara descompuesta y me subí al coche lo más rápido que pude. Me tapé la cara con las manos y hundí mi cabeza en las rodillas empezando a llorar desconsoladamente. Esa niña había tocado mi corazón, después de haber leído su diario pude sentir todo el sufrimiento que tenía en sus palabras, lo mal que lo estaba pasando, al igual que yo. Verla de esa manera, me mató. Quería correr hacia ella y abrazarla pero sabía que no podía, era imposible, ella estaba en otro mundo.

- Papá vámonos porfavor.

Sin preguntar arrancó el coche y nos encaminamos dirección a casa. Volví a mirar hacia el lugar donde la había visto, pero no estaba.

En cuanto llegué a casa después de un largo viaje, no hablé nada con mi madre estaba demasiado cansada para hablar. Fuí directa a mi habitación sin ganas de nada. Cogí mi ropa de dormir y fui a la ducha a relajarme. Me desnudé y me metí bajo el agua hirviendo.

Pensar que ya estaba en casa, sana y salva era lo mejor del mundo. Pensé que tendría las mejores vacaciones de mi vida con todos mis amigos pero no fue así, fue justo al contrario. Han sido los peores meses que he pasado en mi vida. Y pensar que mis amigos van a morir... Me mataba. Los iba a perder yo no podía hacer nada, no me hicieron caso. Lloré y lloré sin parar, pensando en mis amigos, en todo lo que he pasado, pero sobre todo, en Caroline. Esa niña que había querido con tan sólo leer su diario. Esa niña que parecía ser espectacular. Esa niña que tenía un clon y que se amaban entre ellas.

A esa niña, le debo la vida.

Hola a todos!! Espero que os esté gustando, siento mucho haceros esperar pero estoy teniendo problemas para escribir con los estudios y demás...
Muchas gracias por vuestro apoyo.
Os quiero!!

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