Capitulo 2

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No supe exactamente cuánto tiempo pasé ahí. Sentí que estaba de vuelta en el mundo real cuando escuché un agradable sonido en mi oído, el cual me incitó a sonreír. Giré y suspiré con tranquilidad, removiéndome. Sentí una mano sobre mi hombro y el susurro de mi nombre. Abrí los ojos con cuidado, para encontrarme con dos hermosos trozos de avellana. Justin me sonrió de forma dulce, mientras pasaba una mano por mi cabello.
—Bella durmiente, es hora de despertar —susurró de forma suave.
Agradecí que fuera él quien me despertara y no Catlin, ya que mi amiga tenía la costumbre de sacarme del mundo de los sueños de formas poco agradables. La voz de terciopelo de Justin era perfecta para despertar de una buena siesta.
Me incorporé con cuidado en el sillón, frotándome los ojos, ante la divertida mirada de mi acompañante, quien se encontraba arrodillado a mi lado. Con cuidado, se puso de pie y se sentó en el sofá, pasando una mano por mis hombros y atrayéndome un poco hacia su pecho.
—Catlin me dijo que te necesita allí dentro —comentó, con un susurro confidente, señalando la puerta de mi cuarto, que se encontraba cerrada—. Si tienes algún problema, sólo grita —bromeó.
Le regalé una sonrisa mientras me ponía de pie. Sólo en aquel momento me percaté de que ya parecía estar listo para salir. Vestía unos jeans sueltos y oscuros, contrastando con una camisa blanca. Sabía que, igualmente, cualquier cosa que se pusiera le quedaría dolorosamente bien.
Sacudiendo mi cabeza, me alejé hacia mi cuarto. Cuando entré, me encontré con Catlin enfundada dentro de un bonito vestido negro por arriba de las rodillas. Caminando con naturalidad sobre aquellos zapatos de tacón que yo no podría usar en mi dia, me empujó dentro del baño, pasándome una toalla y ropa interior.
— ¿Crees que podré bañarme sola? ¿O vendrás también a lavarme el cabello? —ironicé, cuando cerró la puerta en mis narices.
—Vamos, ____, no te pongas difícil —me pidió des del otro lado de la puerta—.Dúchate y sal cuanto antes, que no tenemos mucho tiempo.
Suspiré y giré el grifo de la ducha. Metí la mano debajo de las gotas de agua para cerciorarme de que la temperatura fuera la ideal. Cuando se encontraba bien caliente, como a mí me gustaba, comencé a quitarme la ropa con tranquilidad, ignorando la petición de Caitlin. Después de todo, necesitaba relajarme un poco y despertar mis músculos agarrotados. Nada mejor que una lenta ducha con agua caliente.
Estaba metiéndome debajo del agua, cuando escuché que mi amiga hablaba desde la habitación. Parecía realmente alterada.
— ¡Por dios, ____! ¡No tengo laca! —chilló—. ¡Debo salir a comprar! ¡Enseguida regreso! —añadió.

Lo próximo que escuché fue un fuerte portazo.
Solté una suave risa, mientras rebuscaba el jabón con una de mis manos. Mejor, tendría más tiempo para mi baño.
Pronto mis músculos se sintieron un poco menos doloridos. Cuando pensé que ya había estado suficiente tiempo bajo la ducha, me envolví en una toalla y comencé a secarme rápidamente. Me puse la ropa interior oscura, que Caitlin debía de haber sacado de alguno de mis cajones, y volví a envolverme con la toalla. Salí del baño y entré en mi habitación, chocando con unos ojos del color pardo en el camino. Mi temperatura corporal aumentó de forma considerable, respondiendo estúpidamente a su presencia en mis condiciones. A pesar de que sucedía a menudo, nunca me terminaba de acostumbrar a aquello.
Tú no le interesas, ____. No lo atraes.

Casi Platonico (JustinBieber Y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora