(________'s POV)
Era bueno que Justin no me hubiese salido con cursos de moral en aquél preciso momento. Siempre había mantenido su discurso de que a los problemas se les debía hacer frente; pero me alegraba que, en aquél momento, su filosofía de vida hubiese sido diferente. Claro que, a pesar de todo, no podía negar que me encontraba sorprendida por su forma de proceder; es decir, ¿Justin pegándole a alguien?
Aquéllo, sin dudas, era nuevo.
Y se había sentido demasiado bien.
Me encontré sonriendo como *******, mientras Justin conducía por las calles de la atestada ciudad. Cuando frenamos en un semáforo, se volvió para mirarme, con una tenue sonrisa surcando su rostro.
—¿Qué tienes ganas de hacer? —me preguntó, con voz dulce.
—Sorpréndeme —respondí, mientras sintonizaba la radio.
Justin sonrió de lado, antes de volver a moverse, con destreza, por las calles de la ciudad.
—Recuerda que tú lo pediste —apuntó, antes de virar, con habilidad, en una de las esquinas.
Lo miré con horror, aún cuando la sonrisa torcida surcaba su hermoso rostro. Igualmente, no estaba asustada; después de todo, Justin siempre había sabido todo sobre mí; sabía que me gustaba y que no, casi tan bien o mejor que yo.
Efectivamente, cuando llegamos a una amplia plaza, alejada del centro de la ciudad, supe que no me equivocaba al dejar nuestro destino en manos de Justin. Después de haber dado vueltas por el centro de la ciudad por más de dos horas, ambos nos bajamos del coche y comenzamos a caminar por el espeso paisaje verde, decorado con flores de todas las tonalidades. Caminamos hasta el centro y atravesamos una fuente, hasta llegar bajo uno de los tantos árboles dispersos por el lugar. Justin, sin preocuparse demasiado por el frío, se quitó su chaqueta y la apoyó sobre el césped. Lo miré reprobatoriamente, pero el sólo me dio un suave empujón. Aquéllo bastó para que yo cayera sentada sobre su chaqueta y él se carcajeara a gusto.
—Iré a comprar algo para comer, ¿te parece? —apuntó, ladeando la cabeza—. Creo que por aquí hay un buen negocio de comida rápida.
Abrí la boca, con fingida sorpresa.
—¿Justin Bieber me dejará arremeter contra una sucia hamburguesa y un paquete de grasosas patatas fritas a las once de la mañana? —pregunté. Sabía que él no era muy partidario de la comida chatarra. (esto es mentira, todas sabemos que AMA la comida basura pero..)
Simplemente, ante mi pregunta, dejó escapar su melodiosa y sincera risa.
—Creo que, esta vez, podemos hacer una excepción —apuntó, guiñándome un ojo y dándose la vuelta.
Me quedé prendada a su gesto por unos cuantos segundos, mientras él se alejaba por el parque.
Poco tiempo después, volvió con la comida que había prometido. Apenas apoyó la bolsa sobre mi regazo, aquél olor característico de ese tipo de locales me inundó los sentidos. Justin sonrió ante mi reacción y se permitió soltar una carcajada cuando mi estómago gruñó
—¡No he tenido tiempo de desayunar! —me quejé, divertida, mientras le golpeaba el brazo.
Simplemente, amaba la relación que tenía con Justin. Mas allá de todo lo que sentía cuando él estaba cerca, había algo de su presencia que me era imprescindible. El hecho de escuchar su aterciopelada voz, de oír sus chistes sin maldad, de sentir sus brazos alrededor de mi cuerpo o sus besos en mi frente, me resultaba algo tan indispensable como respirar.
—________… ¿estás bien? —me llamó, de forma cuidadosa.
Parpadeé varias veces, antes de mirarlo y sonreír.
—Si, todo bien —aseguré, llevándome algunas patatas a la boca.
—¿En que pensabas? —inquirió, suavemente.
—En ti —respondí, sin pensar.
Automáticamente, cuando vi sus ojos sorprendidos, mi rostro comenzó a ser adornado por diferentes tonalidades de rojo.
(Justin's POV)
Mi corazón había comenzado a latir como loco. Me reprendí a mi mismo por aquella reacción ******* y extraña, ante la respuesta de ________. Su rostro se sonrojó con violencia y comenzó a balbucear cosas carentes de sentido, por lo menos para mí.
-Estaba pensando… en nosotros —apuntó, sin dejar que mi corazón se tranquilizara—. Quiero decir, en esta… relación que compartimos.
Claro. Ella hablaba de nuestra amistad.
Nuestra perfecta e intachable amistad.
Suspiré.
—¿Sabes? —preguntó, en un susurro quedo, mientras sus ojos se clavaban en la hierba. Sus mejillas seguían de aquel adorable color rosado—. No se que haría sin ti, realmente.
Sonreí con suavidad, mientras tomaba su barbilla.
—El problema del asunto aquí es qué haría yo sin ti —apunté, hablando con total sinceridad.
________ echó los brazos alrededor de mi cuello y depositó un suave beso en mi mejilla.
Compartimos una tarde allí, sentados bajo la sombra del árbol, sumando otra a las tantas que habíamos pasado juntos de aquella manera. Nos quedamos hablando de cosas idiotas, de la gente que pasaba e incluso, hasta que, por alguna de esas cosas de la vida, terminamos hablando de Chad
—Pero, realmente, ¿lo querías tanto? —le pregunté, con duda.
Ella negó suavemente con la cabeza.
—De hecho, no —respondió, destilando sinceridad en cada una de sus palabras.
La miré, bastante confundido.
—Entonces… ¿por qué estaba tan mal luego de… bueno, de eso? —inquirí.
Los ojos castaños de ________ se desviaron de los míos, mientras soltaba un suspiro y se encogía de hombros.
—Supongo que por no ser lo suficientemente buena para él… —balbuceó, dejando que una cortina de cabello le cubriera el rostro— o para nadie —agregó, en una voz apenas audible.
Mi corazón comenzó a latir fuertemente dentro de mi pecho y las palabras se agolparon en mi garganta de forma repentina. Entonces, una de mis manos viajó a su mentón, mientras la otra acomodaba su cabello detrás de su oreja.
-________, tú eres hermosa, no sólo como persona, sino también físicamente —aseguré, mirándola a los ojos.
Parpadeó sorprendida, respirando con dificultad.
— Chad es un *******, porque contigo se había ganado la lotería —afirmé, mientras acariciaba su suave mejilla—. Tienes suerte de haberte deshecho de él.
Todo aquéllo que decía era verdad. Claro, no sabía si hablaba también se mi propia suerte.
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Casi Platonico (JustinBieber Y Tu)
FanficDicen que de la amistad al amor hay un solo paso. Sin embargo, en muchas ocasiones, un paso no es suficiente; sobre todo si sabes que tu mejor amigo nunca podría fijarse en ti. Pero... ¿será siempre así? PD: En esta novela el Shastem se supone que e...