Capitulo 8

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Llegamos a mi edificio y Justin me acompañó hasta la puerta, con mi zapato provisionalmente pegado con alguna cosa que habíamos encontrado en su casa. Cuando me vio renguear, rió suavemente, mientras depositaba un suave y cálido beso en mi frente.
—Ve a dormir, pequeña —pidió, cuando ya tenía las llaves en mi mano—. Hoy no ha sido tu día.
Reí suavemente, asintiendo.
—Gracias por hacerme sentir un poco menos miserable, querido Justin —respondí, pegándole en el pecho de forma suave.
Sonrió y, después de volverme a besar en la frente, de forma cuidadosa, comenzó a caminar hacia su auto. Sin embargo, antes de llegar a meterse dentro de él, gritó:
—¡Para tu próximo cumpleaños, prometo regalarte un matamoscas!
Reí de forma audible.
Quizás, después de todo, no era una mala idea.
(_______'s POV)
Después de ver como Justin se metía dentro de su automóvil, entré rápidamente en el edificio y me subí al ascensor. Cuando llegué al apartamento, abrí las puertas para encontrarme con Caitlin y Miley, dormidas en el sofá. Me reí suavemente y, tratando de hacer el menor ruido posible, comencé a caminar hacia mi habitación. Ya tendría tiempo para contarles mi historia y aumentar sus instintos homicidas hacia Chad. Cuando llegué a mi cuarto, dejé mi bolso en la cama y rebusqué mi móvil en él. A pesar de ser la una de la mañana, volví a insistir con las llamadas. Tuve que esperar unos cuantos segundos y, justo antes de que cortara, una voz adormilada me atendió des del otro lado.
— ¿Sí? —preguntó una voz susurrante.
— ¿ Chad? ¿Estás bien? —repliqué, confusa.
—Sí, sí, _______… —musitó rápidamente, en un tono de voz aún bajo—. Perdón por lo del cine, es que tuve un… compromiso, y no pude ir.
Fruncí el ceño.
— ¿Y así tan tranquilo me lo dices? —pregunté, confundida y, por qué no decirlo, algo indignada.
—Te juro que te recompensaré —me aseguró, con voz apresurada—. Te lo juro. Hablaremos mañana, ¿de acuerdo?
Finalmente nos despedimos y corté la comunicación, aún con un amargo sabor en la boca. Intentando despreocuparme del asunto, me quité la ropa y me puse mi pijama. Después, me tiré sobre la cama y, cubriéndome con las mantas, intenté liberarme de todo pensamiento abrumador. Acomodé la cabeza en la almohada y sentí como mis músculos se relajaban hasta encontrar el ansiado sueño.
(Justin's POV)
La semana se había presentado más ajetreada de lo que esperaba, sobre todo porque el receso de invierno se estaba acercando y, con ello, nuestros exámenes parciales. Suspiré, mientras dejaba las cosas en mi auto y me apoyaba contra la puerta trasera; cansado, pero feliz de que por fin fuera viernes. El frío viento agitó mis cabellos y me obligó a cerrar los ojos por unos segundos. Cuando volví a abrirlos, divisé a _______ caminando en mi dirección. El pesado de Chad venía hablando con ella.
—Entonces… ¿vendrás? —preguntó el novio de mi amiga, tomándola por la cintura.
_______ rodó los ojos.
— Chad, te he dicho que sí una diez veces —replicó.
—Pero sigues enfadada —insistió él.
Tuve que hacer un buen esfuerzo por no reírme.
— Chad, no me hagas enfadar de verdad —pidió _______, de forma cortante—. Nos vemos por la noche.
Chad sonrió incómodamente y la besó en los labios, de forma fugaz.
—De acuerdo, mi amor —se despidió, con aquel calificativo que se me antojaba bastante falso cada vez que lo pronunciaba—. Nos vemos.
Después de dirigirme una pomposa mirada, se retiró. Quizás, si yo hubiese sido algo más infantil, le hubiese sacado la lengua y hecho alguna morisqueta mientras se alejaba; mas, recordando que tenía diecinueve años, me conformé con alzar los ojos al cielo. _______, que se encontraba frente a mí, se metió rápidamente dentro del automóvil. Di la vuelta y me subí frente al volante, con mi compañera lista para partir.
— ¿Así que tienes planes para esta noche? —pregunté, mientras nos dirigíamos al centro, donde debía dejarla frente a su lugar de trabajo.
—Sí, Chad quiere recompensarme por su… olvido de la otra noche —comentó, con una extraña mueca—. Quiere salir a cenar a un restaurante costoso y no sé qué más…
Reí de forma suave.
—Me parece bien —apunté, dirigiéndole una rápida mirada—. Es bueno que de vez en cuando saque un par de dólares de su bolsillo para complacer a su _______ dama.
Fue el turno de ella de carcajearse, mientras me golpeaba el hombro de forma juguetona.
— ¿Y tú? —Inquirió, mientras doblábamos una esquina—. ¿Tienes planes para esta noche?
Me encogí de hombros suavemente.
—Saldré con Charles —comenté—. Iremos a comer algo…
_______ asintió silenciosamente desde su asiento.

Había conocido a Charles algunos meses atrás en un curso de medicina. Si bien no teníamos ninguna relación, a pesar de que a él le interesaban los hombres, ambos disfrutábamos salir de vez en cuando. Cualquier persona que nos viera por la calle pensaría que éramos un par de buenos amigos, ya que él también era alguien bastante prudente y serio en lo que a su vida personal respectaba. Su compañía me resultaba agradable, por encima de todas las cosas, por lo que me gustaba pasar tiempo con él.

— ¿A dónde iréis?—preguntó mi amiga, mirando por la ventana.

—No estoy muy seguro —comenté, riendo suavemente—. Me dijo algo de una exposición de arte que su hermano ha venido a presentar a la ciudad.

Pronto llegamos al trabajo de _______ y la dejé en la puerta, viendo que lucía algo ausente y desorientada cuando nos despedimos. Supuse que todo lo de Chad debía de tenerla bastante abrumada.

Aquel tipo era un verdadero *******.

Casi Platonico (JustinBieber Y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora