Capitulo 7

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Cada batalla es más cercana a la victoria, incluso la derrota

Quiero... un novio — Rin me mira sentada desde su ventana mientras yo acomodo las últimas cobijas para nuestra casa de campaña.

Eran las dos de la madrugada, ninguno de los dos tenia sueño y era lo único que se nos ocurrió para entretenernos.

Nuestros padres habían tenido que salir, así que podíamos dormir hasta tarde para olvidarnos un poco del estrés de la escuela. Después de ver varias películas, decidimos hacer una casa a base de cobijas dentro de la habitación de Rin, ya que tenia más espacio que la mía.

No creo que ayude mucho si ves desde tu ventana a altas horas de la mañana — terminé de acomodar los cojines y suspiré algo cansado, ya que me encargue solo de la construcción de mantas y Rin de la comida.

Tomé un bombón del tazón que había llenado Rin y me senté en su alfombra. La rubia seguía con una mirada perdida. Desde hace unas semanas, había estado distante conmigo o se enojaba rápidamente, lo que causo que me preocupará y que le preguntase si pasase algo, pero ella negaba todo y trataba de poner más distancia entre sus bromas sobre el espacio que como chica debía tener y que no me metiese en su vida, por lo que este juego con mantas era lo más cercano que había pasado con ella.

¿Tu que sabes? - esta vez su mirada se concentra en mi y no en los arboles del jardín - puede que alguien este pasado por aquí.

En primer lugar — le sonrío — dudo que alguien pase por nuestro jardín — ella tuerce los ojos — segundo, si llegase a pasar, lo primero que harías sería esconderte, odias a ese tipo de personas — sonreí de nuevo y me recuesto en una de las almohadas — ¿como lo dices?... am invasión...

Invasión de propiedad — dice orgullosa poniéndose de pie y camina hacia mi — ¿y tu? ¿no quieres a alguien o algo?

Tengo todo lo que quiero en este momento — le devuelvo la mirada y sigo — tengo a mi familia, una casa, comida — nos reímos un poco ambos — um... Tengo salud — hice mala cara Rin, suelto un suspiro y miro el cielo nocturno de una mañana de domingo — tengo todo, Rin. No se que me falta, puede que dentro de un año me falte algo que en este momento tenia.

Se estira un poco cuando se sienta a lado mío para evaluar la casa de sabanas y cojines que hice improvisadamente. Como Rin seguía mirando todo algo pensativa, tomo mi teléfono celular (que estaba en uno de mis bolsillos), y miro los mensajes de Miku, hablándome sobre detalles de la escuela como el proyecto de inglés o las tareas de química.

Pensandolo bien...

¿Sabes? Pediría que Miku fuese buena en química... — bloqueo mi celular para dejarlo a lado mío y tomar otro bombón.

Justo cuando tomo el dulce, Rin se pone de pie para ponerse encima de mi, provocando estar en una posición algo incomoda cerca de mi, sus ojos — a comparación de otras veces — no se desviaron de los míos cuando los abro de la sorpresa.

¿Qué estaba haciendo?

Rin, bájate — tomo sus manos con la intención de ladearla para que su mismo peso hiciera que cayera.

Pero estaba más aferrada a mi, sus piernas estaban a lado de las mías, y gracias al camisón que traía puesto Rin, la piel blanca de sus piernas al rededor de mi hacían que fuese fácil verlas en la oscuridad y la poca luz de luna.

Quiero jugar — la miro nervioso al escucharla.

Sus ojos azules no se inmutan y yo los desvío.

Quiero jugar — vuelve a repetir.

Juguemos un poco (RiLen) *RESUBIENDO*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora