Capitulo 12

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· Cuidado que nos miran, que si nos miran cuando nos miramos, descubrirán que nos amamos ·



Hace mucho tiempo, había tenido una discusión con Rin y habíamos empezado a pelear sobre mi actitud en ciertas situaciones.

¿Acaso no te duele verme así? — Rin me miro con sus ojos azules tratando de contener las lágrimas.

Algún día tendrás que olvidarlo — la mire algo molesto — tienes que entender que las cosas pasan por algo.

Pero ¡tienes que estar de mi lado! — sus voz se empezó a romper — yo te he apoyado en muchas cosas... Quiero que me apoyes en esto también...

Kaito no iba a volver por mas que le llorará. Ya habían pasado dos años de su muerte y Rin seguía queriéndolo con todo su corazón. Más eso me empezaba a cansar.

Ya me canse — desvíe mi mirada de ella — traté de mantenerte conmigo, que no volvieras a caer en la depresión y dejaras tu salud a un lado — tragué saliva y la mire con dolor — no voy a estar para ti todo el tiempo, tienes que aprender a saltar los problemas sola, sin depender de alguien. Y dejar a ir a las personas que ya no están contigo...

Pero — su voz le tembló un poco — quiero que alguien me quiera y me lo diga... Para dejarlo ir...

En ese momento, me dolió mucho decirle que mi apoyo sólo estaría en ciertos momentos. Pero le di una ayuda que actualmente sigue presente en ella y le ha ayudado bastante para hacerse una persona independiente. Pero estaba en desarrollo nuestra relación por separado.

Enamórate de quien tu desees, sin que nadie te diga como quererlo ni por cuanto tiempo.

Eso le había dicho, hace un año. Actualmente Rin se había hecho una persona independiente, y eso me alegraba.

La situación con Gumo la había hecho cambiar para bien. Ya estaba volviendo a ver a la Rin que era antes.

Pero estaba en desarrollo.

Y hay fracturas aun. Y mi padre no entiende de fracturas en el corazón.

Estábamos ya a un metro de la pareja sonriente, él la abrazaba de la cintura y ella sonreía ilusionada.

Ustedes deben ser sus hijos, ¿verdad? — su tono de voz era dulce, más no le tenía compasión ni nada a lo que se le parezca.

Rin estaba aferrada a mi brazo, eso tenían que notarlo ellos, estaba algo pálida y no tardaría mucho en explotar.

El aire del bosque era fresco y exquisito ya que por la temperatura de la costa se sentía el ambiente sofocante, y estar aquí es un alivio par nosotros, pues nos estábamos ahogando de la sorpresa.

Creí que eran mas pequeños — nos mira y después a mi padre — no me dijiste que eran mellizos...

¿Y tú eres? — la miro.

El cabello rubio platinado de ella me sorprende, por su apariencia, estoy casi seguro que no atraviesa los treinta. Tiene una piel demasiado pálida, unos ojos verdes hinoptizantes, parecidos a los de un gato faldero, y con solo verla, sé que hace ejercicio, se le nota en sus brazos bien marcados y su cintura bien definida; en definitiva, era mucho mas joven que papá.

Soy Haru — nos sonríe — se parecen demasiado tus hijos a ti— le vuelve a mostrar su sonrisa a mi padre y nos ofrece su mano — ¿ustedes quienes son?

Rin — estrecho su mano señalando con la cabeza a mi hermana — y yo soy Len.

¡Wow! son realmente lindos — sonríe de nuevo y mira a Rin — ¿te sientes bien? Estas algo pálida...

Juguemos un poco (RiLen) *RESUBIENDO*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora