Una vida junto a tí. (corregido el 21/02/2022)

Simbólico.

Makoto no podía dejar de pensar en lo que casi le había hecho a Haruka, se sentía demasiado culpable, veía a Haruka dormir apaciblemente a su lado y de vez en cuando le acariciaba los negros cabellos, casi había cometido una estupidez, no lo quería perder de esa forma, quería estar junto a él, siempre junto a él.

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Haruka notaba a Makoto algo distraído, de vez en cuando veía que se encerraba a contestar el teléfono como si no quisiese que él lo escuchara, lo había asociado al hecho de que aun mantenían contacto con la policía. Hace poco se habían enterado por medio de Rin de que habían apresado a Kirishima, aún no se decidía el día del juicio, pero era un hecho que ya no corría peligro alguno. Así que Haruka pudo salir de la casa y recuperar su trabajo como mesero, Amakata y el resto del personal lo habían recibido con alegría.

―Haru, ¿me acompañarías a un lugar? ― le pregunto Makoto con algo de nervios, mientras almorzaban., toda la mañana se la había pasado fuera de casa, así que Haruka estaba un poco callado.

―Claro.

Ambos se vistieron y salieron del edificio tomados de la mano y se dirigieron a la estación. Por lo que Haruka veía desde la ventanilla, se dio cuenta que iban camino a la playa, eso lo hizo tensarse ¿Makoto habría cambiado de opinión, respecto a que él se quedara? Lo miró a los ojos y notó algo de nervios, pero la sonrisa de Makoto era igual de cálida de siempre, no había nada de qué preocuparse.

Llegaron a la estación y caminaron por la colina, pero antes de llegar a la playa, Makoto lo detuvo desde atrás y lo tomo por los hombros.

― ¿Confías en mí?

Haruka asintió y Makoto saco un pedazo de tela de su pantalón y le vendo los ojos, Haruka sintió pánico, su corazón se aceleró sin control, Makoto le acaricio el dorso de la mano para tranquilizarlo, notaba lo nervioso que estaba y se sentía culpable, eso no se le hacía a alguien que recientemente estuvo secuestrado.

―Tranquilo Haru, ven ― dijo mientras sostenía su mano ― camina conmigo.

Haruka asintió y se dejó guiar, sintiendo las cálidas manos de Makoto, solo era consciente del agitado palpitar de su corazón, seguía caminando por la playa pues escuchaba el sonido de las olas, Makoto se detuvo y él también lo hizo.

Le quito la venda de los ojos y frente a sus ojos estaba un toldo completamente blanco, A sus pies había un hermoso camino de pétalos de rosas blancas, y a su lado algunos farolillos iluminaban el lugar, Haruka estaba algo anonadado, Makoto lo tomo nuevamente de la mano y lo llevo al centro de la carpa.

―No sé si te acuerdas ― pero este es el sitio donde te vi la primera vez que te convertiste en humano, y no se tampoco si sabes que hoy hace ya exactamente un año de eso.

Haruka negó con la cabeza, notaba lo iluminados que estaban los ojos de Makoto al decirle aquello, Makoto hinco una rodilla frente a él y saco de su bolsillo una cajita de terciopelo negro, la abrió frente a Haruka quien vio que adentro tenía dos anillos de plata.

Sé que tal vez pasen aún años para que tú y yo nos podamos casar, o tal vez nunca lo podamos hacer, pero este anillo ― le dijo mientras se lo colocaba ― es un símbolo de mi amor por ti y sobre todo un compromiso de que nunca te dejare a menos que tú lo quieras, sacrificaste tanto por mí que no habrá manera de que yo pueda algún día corresponder de igual manera a eso, pero ten por seguro que todos los días yo haré lo que sea por hacerte feliz, te amo Haruka.

Haruka solo podía llorar mientras escuchaba las dulces palabras de Makoto, lo tomo bajo el brazo y lo insto a levantarse.

Yo también te amo, Makoto ― le dijo con la voz entrecortada por la emoción que lo embargaba ― con que tu estés junto a mi es suficiente, solo he querido eso ― Haruka se le acercó y le beso los labios, sus lenguas se entrelazaban, sus manos recorrían el cuello y cabello ajenos, se separaron por falta de aire y se sonrieron cálidamente. Estuvieron un tiempo allí, escuchando el sonido de las olas y susurrándose palabras de amor, ya empezaba a oscurecer, pero eso no les impidió el querer meterse al agua, se quitaron las ropas y se zambulleron en el agua.