Haruka se encontraba nadando apaciblemente en el océano, solo sintiendo el agua, dejando que lo abrace, que, con cada choque de las olas a su menudo cuerpo, se llevara parte de su dolor. Ese ya permanente hueco que sentía en lo más hondo de su pecho, era una sensación que se había instalado permanentemente en su ser, Makoto, era el nombre en que pensaba constantemente, pensaba en el calor del castaño y lo protegido que se había sentido con su compañía, la amable presencia que ya no estaría junto a él.
Se había alejado bastante de la playa, recorriendo las profundidades del océano. Los brillantes peces y hermosos corales, eran su eterna compañía, había encontrado una pequeña isla, que se conectaba al mar por una cavidad, era el sitio perfecto para esconderse y vivir en soledad, no rompería la promesa que se hizo a sí mismo, protegería a Makoto y si para eso se tendría que alejar para siempre entonces el de buena gana lo haría, esa sería su condena, pero estaba siendo muy duro sobrellevar esa carga, después de todo amaba a Makoto.
Sus brazos rodeaban la roca y su cola quedaba sumergida, lagrimas rodaban por sus mejillas, recordar al castaño lo sumía en una profunda melancolía, quería estar siempre junto a él, pero eso era algo imposible.
―Nada es imposible, mi querido Haruka.
Una voz lo había sacado de su ensimismamiento, observo a su alrededor para ver de dónde provenía, pero no veía más que rocas, corales y algas, creyó estar volviéndose loco, tal vez estar sin la compañía de la única persona que había y lo había amado en toda su vida había desencadenado su locura.
―Yo sé que es lo que más deseas, y puedo cumplir ese deseo. ¿Lo que más deseo? Pensó para sí mismo, lo que más deseo es estar junto a Makoto.
― Aquí el problema es, que como tritón no puedes acercarte más al chico que amas, pero como humano...Haruka miraba a su alrededor sorprendido, claro, esa era la solución a sus problemas, si fuese humano podría estar sin ningún problema con Makoto, ¿Por qué no había pensado en ello antes?, claro, porque era una estupidez.
― No juegues conmigo― dijo a la nada.
―No juego, si quieres ser humano, yo te puedo transformar, al menos parcialmente, Haruka frunció el ceño ante esas palabras.
― ¿Parcialmente? dijo interrumpiéndole.
―Sí, pero hay un precio, uno muy alto, perderás tu inmortalidad y será dada a mí, tendrás una vida junto a tu amante, pero sólo eso, sólo una vida, llena de amor, pero también dolor y sufrimiento ¿estás dispuesto? Haruka asintió, claro que estaba dispuesto, ya había vivido lo suficiente. Las sirenas eran inmortales, alcanzaban la madurez y luego vivían bajo esa forma por toda la eternidad, o eso creía, esas eran las leyendas que se escuchaban, no había tenido mucho contacto con los de su especie para saberlo a ciencia cierta, una vida, sólo una vida junto a Makoto le era suficiente, no importa si le acarrearía sufrimiento como le había dicho la voz, él estaba dispuesto a soportar todo con tal de estar con su amado.
Haruka estaba tan ensimismado en sus pensamientos que no vio la figura que se acercaba bajo el mar, oscureciéndolo, solo la vio cuando ya la tenía muy cerca y bajo su rango de visión. Unos tentáculos verdosos salieron de la superficie, y llevaban una reluciente pulsera dorada, de oro macizo, Haruka se asustó por la cercanía, solo eran tentáculos que agitaban el agua, no observaba rostro alguno.
―Ten esto, póntelo, y cuando salgas al mar serás humano, debes tener cuidado puesto que, si tus extremidades inferiores sienten el contacto del agua, te convertirás en sirena de nuevo, pero no para siempre, claro, ― dijo, cuando Haruka ya se preparaba para replicar, ―nunca te quites la pulsera o morirás, tu vida va a estar atada a ella, dijo en modo de advertencia.
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Una vida junto a tí. (corregido el 21/02/2022)
FanfictionCuando dos corazones se consumen en la soledad y en el vacío de no tener a su lado a la persona que más han amado en su vida, una pregunta es lanzada al aire, ¿Qué estarías dispuesto a sacrificar para estar de nuevo junto a él? Secuela de mi fic...