Palideció. Ella estaba justo frente al él, con esa cara angelical que siempre había tenido, con media sonrisa dedicada hacia Jorge.
Él trató de acercársele; ahora sí pudo moverse. Al llegar a ella le tomó una mano y la miró a los ojos.-Tini, ¿eres tú? -el corazón le iba a mil por minuto.
-Sí, Jorge -sonrió-. Estoy aquí contigo y te necesito -ambos sonrieron.
-Te amo -Jorge se acercó más para poder capturar sus labios pero ella desapareció en ese instante.
Se asustó y confundió más.
-Tini... -la llamó-, ¡Martina!
Nada. Simplemente el eco resonaba.
-Tienes que despertar.
Otra vez la voz de Martina, resonando por todos lados.
-Te amo para siempre.
Todo le empezó a dar vueltas. La cabeza le dolía y empezó a respirar pesadamente.
-Tini... -fue lo último que dijo antes de caer inconsiente.
Si algún día llego a perderte no sé lo que haría. Si te pasara algo yo me moriría. Te amo tanto y he pasado tantas cosas junto a ti que sería imposible dejarte u olvidarte.
Estaré siempre aquí para ti. Cuando nadie esté, yo estaré. Si te caes y dudas en cómo levantarte yo te ayudaré.
Podré pasar días esperando tu regreso si es que un día te vas. Te acompañaré a donde vayas si me lo permites.
Te has metido tan dentro de mi alma y de mi corazón que nada ni nadie nunca te podrá sacar de ahí.
Todas esos momento que había compartido con Martina empezaron a rondar por su mente. Abrió los ojos y una luz blanca lo cegó por un breve momento.
-¡Jorge! -esa era Martina sin dudarlo-. ¡Enfermera!
Trató de moverse y sus ojos se conectaron en seguida con los de ella. Su corazón empezó a latir fuerte.
-Tini -le salió más como un suspiro-, ¿eres tú?
-Sí, Jorge, soy yo -sonrió con lágrimas en los ojos y se acercó a él con cuidado para abrazarlo. La enfermera entró en ese momento. Era la misma enfermera que atendió a Jorge cuando Martina "tuvo" el accidente.
-Estás aquí -una lágrima cayó por la mejilla de Jorge y sonrió débilmente. Martina asintió con los ojos acuosos y sonriendo.
-Lo siento, va a tener que retirarse un momento, señorita -habló la enfermera y llevó a Martina fuera de la habitación.
La habitación. Era la misma que Jorge había visto en sus visiones.
-Tini -habló algo asustado-. No se la lleven, por favor -ella, antes de salir, lo miró a los ojos y le dijo:
-Tranquilo, mi amor. Estaré aquí pronto, te lo prometo y te amo.
Eso dejó a Jorge más tranquilo.
-También te amo.
Martina salió feliz de cuarto. Después de tanto tiempo volvió a ver aquel brillo verdoso en los ojos de su esposo.
Mientras tanto, la enfermera y el doctor, que habiá entrado también y que tenía visto anteriormente, le hacían análisis a Jorge, quien entendía poco de lo que estaba pasando.
Un par de horas más tarde el doctor salió a buscar a Martina. Ella, al verlo, se levantó rápido de aquella incómoda silla y se dirigió hacia él.-¿Cómo esta Jorge? ¿Puedo verlo? -el tono de preocupación en su voz era evidente.
-Señorita... -revisó los papeles que traía en la mano y volvió su mirada a la mujer-. Martina, señorita Martina, el señor Blanco ha despertado y los estudios han sido muy favorables, de todos modos necesitamos que se quede una noche más para las observaciones. Ya puede pasar a verlo -Martina sonrió ampliamente y abrazó efusiva al doctor.
-Gracias, muchas gracias, doctor -él hombre le sonrió cálidamente y ella corrió a la habitación de Jorge.
Al llegar a la puerta tomó aire y entró con cuidado, encontrándose con aquella verde mirada que le encantaba. Se sonrieron y Martina se soltó en llanto de nuevo.
-Hola.
-Hola, Tini -se acercó a él rápidamente y lo besó, con cuidado de no herirlo más de lo que ya estaba.
Cuánto había extrañado Jorge sentir los suaves labios de su esposa sobre los suyos. Cuánto había extrañado sentir su cuerpo junto al de ella.
Se sonrieron en medio del beso y ella se alejó lentamente, sentándose a un lado de la cama, sin despegar la mirada de Jorge.-Estás bien, mi amor -soltó Jorge sonriendo con los ojos acuosos-. No te pasó nada.
-Ahora que despertaste estoy mejor, mucho mejor. A mí no me ha pasado nada, amor.
Jorge frunció el ceño, confundido. Martina lo notó y le acarició despacio el cabello, como siempre lo hacía para tranquilizarlo.
-¿Qué pasa, amor?
-¿Qué me pasó? -confundido, preguntó.
-¿No recuerdas nada?
-Recuerdo cosas que no tienen sentido, te las quiero contar, pero dime, ¿qué me pasó? -Martina asintió algo extrañada, pero aún así le dijo.
-Tuviste un accidente hace un mes -a Jorge se le aceleró el corazón-. La señora Florencia me avisó y fui desde la casa corriendo hasta el lugar donde pasó. Pensé que te había perdido cuando vi tu auto destrozado. Estabas inconsiente y todo lastimado y yo... -empezó a llorar de nuevo y Jorge la tomó de las manos, tranquilizándola.
-Tranquila, estoy bien.
-Lo sé -le sonrió, ya más tranquila-. Bueno -prosiguió-, llegamos al hospital y, después de unas horas eternas que pasé esperando, me dijeron que habías caído en coma y que era muy difícil que te recuperaras -bajó la mirada-. Lloraba y rezaba cada noche para que te despertaras. Después de dos semanas así, diste una buena señal; me apretaste la mano -rio levemente y Jorge no lo podía creer-. Todos los día te hablaba y te pedía que regresaras, hasta hoy, que te despertaste y me has hecho feliz -se acercó a el y depositó un beso en su frente. Jorge sonrió y cerró los ojos.
-Martina.
-¿Sí? -se separó un poco de él.
-No me vas a creer lo que tengo para contarte -negó con la cabeza, sonriendo.
-Cuéntame, mi amor.
[17/01/2016]
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Amor mío
Fiksi Penggemar"Amor mío, ¿dónde estás?" Una pregunta que le fue respondida, sin embargo, no de la manera que él hubiese querido. Fanfic Jortini de mi autoría. Empezada: 04 / 07 / 2015 Terminada: 22 / 01 / 2016