Amor mío

Epílogo

Cinco años desde aquel accidente. Martina y Jorge se encuentran más felices que nunca con el pequeño León.
Martina aún recuerda cómo se puso Jorge cuando le dijo que estaba embarazada. Aún le causa gracia recordar la expresión de su rostro y aún le conmueve recordar las lágrimas de emoción que brotaron de sus verdes ojos. Cinco años que pasaron volando.

-Mamá, mamá -la vocecita de su hijo la sacó de sus pensamientos.

-¿Qué pasa, mi vida? -se agachó para quedar a su altura.

-Mi carrito se rompió -el pequeño le mostró el juguete a su madre y la miró como pidiéndole ayuda.

-Ay, mi amor -tomó el carrito de las pequeñas manos de su hijo y buscó con la mirada el problema; una ruedita se había salido-. Cuando venga tu papá lo puede arreglar, ¿sí? -acarició dulcemente el cabello del pequeño León.

Si algo tenía Martina, según Jorge, era que ella era la mejor esposa, amiga, cocinera, doctora, etcétera... Pero sobre todo, la mejor mamá que su hijo pudiese tener. Martina era amorosa y muy dulce, pero lo defendía a capa y espada si fuera necesario. Mujer todo en uno, según Jorge.

-Está bien, mami -dijo ya más tranquilo el niño. Martina besó su mejilla y le dijo:

-Anda, ve a seguir jugando con tus demás carritos. Yo te aviso cuando llegue tu papá, ¿sí? -el pequeño asintió sonriendo y fue corriendo a su habitación.

Martina lo vio irse y sonrió. Era su adoración. Vio su reloj y notó que no faltaba mucho para que Jorge llegara del trabajo. Fue a la cocina a terminar de cocinar. Unos minutos más tarde, cuando ya había terminado, la voz de su "guapísimo, sexy y hermoso esposo", como ella solía decirle, inundó la casa.

-Mi amor, ya llegué -dejó sus cosas asentadas y se dirigió en busca de Martina.

-Estoy en la cocina, Jorge -él la escuchó y fue hasta donde ella estaba. Se sonrieron al verse y Jorge la besó.

-¿Y León? -preguntó, desabrochándose el primer botón de su camisa.

-En su habitación. Se le rompió un coche de juguete y le dije que tú lo podías reparar, solo se le salió una ruedita -habló Martina mientras enrollaba los brazos alrededor del cuello de Jorge y lo acercaba a ella.

-Luego lo reparo -habló y sonrió-. Ahora quiero disfrutar de mi linda y bella esposa -rozaron narices.

-En cualquier momento viene Le...

-¡Papi! -el pequeño se empezó a meter entre Jorge y Martina, haciéndolos reír.

-Te lo dije -Martina y Jorge rieron más. El orgulloso padre cargó a su hijo en brazos.

-¿Cómo estás, campeón?

-Bien, papá.

Martina observaba la escena encantada. Amaba a su familia. Su pequeña pero linda familia. Jorge la tomó por la cintura y la acercó hacia ellos.

-León, dime ¿quién es la princesa aquí? -le preguntó Jorge.

-¡Mamá! -Martina rió y le revolvió el cabello.

-Y papá es el príncipe y yo el principito, ¿verdad, mamá?

-Ustedes son mis dos príncipes Blancos -Jorge le sonrió y la besó.

-¡Iuugh! -León hizo una mueca de asco y sus padre rieron.

-Cuando conozcas el significado de enamorarse te darás cuenta de que no es nada "iugh" -Jorge imitó la vocecita de su hijo- como piensas- Martina se rio.

-¿Ustedes dos se enamoraron?

-Muchísimo -respondieron Jorge y Martina al unísono. León sonrió.

-Tu eres fruto de nuestro amor -habló Martina.

-¿Fruto? -preguntó funciendo el ceño-. ¿Puedo ser un mango? Me gusta el mango -ambos rieron por la inocencia de su hijo.

-No esa clase de frutos, pequeño -dijo Jorge riendo-. Ya después entenderás.

-Mientras solo ten presente que te amamos con todo nuestro corazón y que siempre te vamos a apoyar, ¿sí? -le dijo Martina y Jorge sonrió.

-Los quiero mucho, mamá y papá -el pequeño León los abrazó a ambos y sus padres le respondieron con mucho gusto el abrazo.

No eran la familia perfecta, pero eran felices así. No tenían todo el dinero del mundo, pero nada les faltaba. Tenían sus pequeños problemas, pero el amor que se tenían era más fuerte. Jorge y Martina ahora tenían su pequeño nidito de amor. Tenían amigos verdaderos, como Mercedes y Ruggero, que también habían sido padres de una hermosa niña. La señora Florencia, quien adoraba a León como si fuera su propio nieto, también formaba parte de sus vidas. Tantas cosas vividas y ahora por fin podían decir que estaban completos. Se amaban y amaban a León. Nada más que eso. Ya no importaba el pasado mientras vivieran el presente sin esperar el futuro. Solo ellos.

Fin.

[22/01/2016]

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Mensaje. 17 de julio, 2018.

Gracias por haber leído esta historia. Fue la primera que escribí y publiqué y aún despues del tiempo que pasó desde que subí el final, sigo sin poder creer que a alguien le haya gustado lo que hice. Espero volver con nuevas historias pronto.

Atte: fmnstpwr