Crónicas De Mi Barrio

Solo soy Kim a la intemperie...

Salí de mi última clase con la profesora urraca y esperé a Andrea en la puerta de la clase. Nos fuimos hacia el piso de abajo y encontramos a Tomás. Propuse que nos quedáramos a comer. No me apetecía volver a casa, cuanto más lejos, mejor. Después de comer volvi a casa y en fin... un dia normal (dentro de lo que cabe). Al menos hoy Antoñina, la cabra de la Paqui y nombre aportado por mi, no habia venido a molestarme mientras estudiaba. Se acercaba un puente. LITERALMENTE. No se como un puente venía disparado hacia mi casa, arracando el techo de quajo y haciendo que todas las cabras que estaban en la terraza cayeran en mi cuarto.

-... -logré desenterrarme de entre los escombros y las cabras- ¡MAMÁ!

Mi madre vino corriendo.

-HIJA!! -dijo acercandose- ¿POR QUE TU CUARTO ESTA TAN DESORDENADO?
-Virgen santa...-dije sin creerme lo que me estaba diciendo llevandome las manos a la cara.
-Muy mal Kim, castigada sin salir.
-Teoricamente -dije mirando hacia arriba- ya estoy fuera.
-¡Pues te castigo sin entrar!¡Recoge tu cuarto!

Se estaba haciendo de noche asi que recogí mi cuarto que bueno, basicamente, tiré todos los escombros por la ventana (si es que quedaba algo)

Cogí mi almohada que gracias a dios se habia salvado del accifente y me tumbe en el suelo para dormir. Una cabra se tumbó encima mia haciendo de manta. Al dia siguiente... bendito sabado! Sin saber porqué me levanté muy contenta. Será porque la cabra era una buena manta... me fui al mercadillo que habia en las afueras de la ciudad donde me encontré a Tomas y a Santi. Vi una especie de amuleto y me lo compré. Supuestamente daba buena suerte y hasta que llegué al barrio cumplió... nadamas entrar al barrio, se rompió la cadena, cayó al suelp, se partió en tres trozos y un perro se meó encima.

-Ni los amuletos pueden hacer algo...