JAKE
Lia se volvió a sentar a mi lado en el sofá. Yo me levanté y fui al baño, donde me cambié de ropa por la seca de John. Una vez listo me dirigí al comedor otra vez.
-A tu hermano no le va a hacer gracia. -Escuché como le decía John a Lia.
-Mi hermano no tiene por que enterarse.
Quería saber a que se referían. Mi mente empezó a divagar y me encontré pensando que tal vez se referían a mí.
-Yo solo te lo digo.
-A mi tampoco me hacen gracia muchas cosas que él hace. -Replicó Lia.
-Da igual. Dejemos el tema.
Cuando John dijo eso salí del pasillo para entrar en el comedor y me senté al lado de Lia.
•
Lia le dio un abrazo a su primo y le dijo que volvería pronto a venir a verle. Después me despedí de ambos y subimos al ascensor. Lia se había tomado otro porro, bajo mi constante mirada de decepción, y los efectos se notaban. Tenía los ojos rojos y achinados y no paraba de reírse.
En el ascensor se pegó a mí y puso las manos en mi pecho, ya cubierto por mi ropa medio seca.
Ella movió sus manos lentamente y me miró a los ojos. Yo la atraje hacia mí con mis manos en su trasero.
-Me muero por quitarte esto... -Me susurró.
Antes de que pudiera contestarle llegamos al piso que daba a la calle y el ascensor se abrió, obligándonos a separarnos. Ya había dejado de llover así que nos dirigimos al hotel.
La pegué a mí rodeándola con un brazo. No quería llegar al hotel, porque sabía que tendríamos que separarnos y se que eso suena de lo más cursi. Pero no sabía cuanto tiempo iba a pasar hasta estar otra vez así con ella.
Al llegar al piso treinta bajamos del ascensor y subimos por las escaleras. Era una tontería hacerlo puesto que era tardisimo y nuestra profesora estaría durmiendo pero aun así.
Al llegar a la puerta que daba a nuestro pasillo nos paramos. Lia me miró con esos ojos que en condiciones normales me encantaban, pero que ahora estaban rojos y entrecerrados. La besé, la besé como si fuera la última vez porque tal vez lo fuera. Ella me correspondió de la misma forma y comprendi que Lia quería que hubieran muchas más noches como esta.
Nos separamos y me miró a los ojos para echarse a reír. Puse los ojos en blanco.
-No quiero que fumes... -Le susurré.
Ella continuó riendo un poco.
-Nos hacemos adictos a las cosas que nos hacen sentir mejor un rato. -Murmuró ella y me volvió a besar.- Puede ser la maria, -continuó besándome con más intensidad- o puede ser tú.
Sonreí y enredé las manos en su pelo mientras la besaba. Quería estar muchos otros días así con ella.
-Pues puedes ir dejando la mariguana.
Ella se me quedó mirando un momento.
-¿Qué significa eso? -Me preguntó algo confusa.
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Don't judge the bad girl
RomantikUn chico bueno. Una chica mala. Un amor prohibido. Una horrible tragedia. Descubre como nunca hay que juzgar a un libro por su portada y nunca hay que juzgar a la chica mala.