Capítulo 13: ¿Otro amigo?

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LIA

-¿Entonces quieres venir? -Le pregunto a Emma a través de la línea telefónica.

-Creo que deberías llamar a Jordan. El puede ayudarte a ganar más en menos tiempo.

En eso tenía razón. Era medianoche, y estaba a punto de irme a la fiesta de John. Estaba hablando por teléfono con Emma antes de salir de la habitación.

-No quiero que se piense lo que no es. -Si le invitaba a venir conmigo creerá que quiero algo más con él. Pero también era cierto que si le llamaba ganaría el doble de dinero.

-Haz lo que creas mejor Li. Puedes llamarle y así aprovechas para decirle que lo vuestro se acabó.

Eso no sonaba tan mal. Tenía que dejarle las cosas claras de una vez por todas. Igual que Jake había hecho con Sophie.

-Quizá tengas razón...

-Ya me cuentas mañana, he dormido dos horas y estoy que me caigo. Hasta mañana.

-Hasta mañana Em. -Me despedí y colgué.

Me dirigí a la puerta de la habitación mientras buscaba el contacto de Jordan.

-No me esperes despierta, mi amor. -Le dije a Sophie bromeando.

-Ojalá no vuelvas.

Y dicho esto crucé la puerta y me dirigí al ascensor. Llamé a Jordan.

-Hola preciosa. -Me saludó.

-¿Te apetece hacer negocios? -le pregunté a la vez que pulsaba el botón del vestíbulo en el ascensor.

-Contigo siempre. ¿De que se trata?

-Cocaína. -Le dije sin rodeos.- Estoy en el vestíbulo.

-Ahora mismo bajo.

A los diez minutos estábamos saliendo del hotel. Esa noche hacía frío, mucho más que la noche anterior y los dos íbamos de lo mas abrigados.

Empezamos a caminar hacia la dirección que me había dado John. Unos apartamentos al este de la isla, a unos diez incómodos minutos caminando con Jordan.

-¿Significa esto que volvemos a estar bien? -Me preguntó acercándose a mí.

-No Jordan... -pensé mis siguientes palabras pero opté por lo sencillo.- Ya no quiero nada.

-¿Y para eso me llamas? ¿Para que te ayude y dejarme a dos velas? -Noté como se empezaba a cabrear.

-Déjalo. -No quería discutir con él.

-Pensaba que esto significa que volvíamos a ser los de siempre. -Dijo al minuto de estar callado.

-Las cosas cambian.

-¿Hay otro? -Me preguntó parándose en medio de la acera. Me paré para mirarle.

-No, no hay nadie.

-Pues no te entiendo.

-Jordan, no nos queremos. Solo somos amigos. -Volví a echar a andar, quería llegar a la fiesta cuanto antes, me daba igual si él se enfadaba o no.

Don't judge the bad girlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora