13#ES DE LOCOS

49 4 0
                                        

Al fin llegaron las nueve de la noche y ya había acabado de prepararme para salir de fiesta, una preciosa falda negra con una camiseta de media manga negra con margaritas, no hiva a zorrear ni mucho menos (algo que por supuesto tenía pensado hacer Jésica) pero yo me había puesto mona y tenía pensado pasar una noche loca. También me alise el pelo para que quedara perfecto y se notara mi rubio bajo los focos de la discoteca Pumyte y lo necesario de maquillaje para que todos los tíos se caigan a mis pies y poder joder a Stefan.

Antes de salir por la puerta mi padre me detiene cerrándola de un portazo.

-¿Donde vas? No has cenado y te recuerdo que sigues castigada. -Dice intentando mantener la calma.

-¡Llevo castigada casi tres meses! ¿Y además no te parece suficiente haberme apartado de Stefan? -Digo agotando su paciencia.

-Creo que el mismo se quiso apartar de ti, porque eres una zorra.

-¡Joy! ¡Ya vasta! -Grita mi madre bajando a la vez las escaleras.-¿Que ocurre aquí?

-Mama... -Digo con tono de queja.

-¡Tu a callar! -Me contesta.-Ve ha tu habitación, estas castigada sin cenar.

Asiento y subo las escaleras ya pensando como escaparme a la vez que oigo susurrar a mis padres.
Al llegar a la habitación me echo las manos a la cabeza y doy vueltas al rededor de mi cuarto, puedo escaparme perfectamente por el balcón pero si mamá y papá se dan cuenta será el final de mis días en la tierra (Tal vez esté exagerando)
Saco del armario tres almohadas y dos mantas y las colocó por debajo de las sabanas de forma que parezca una silueta humana, yo. A continuación cojo mi cazadora negra del colgador que antes me había dejado y camino hacia el balcón.
Al llegar miro un momento hacia abajo y un escalofrío recorre mi espalda.

-Esto es de locos. -Digo a la vez que doy un enorme salto hacia abajo, me sangra la rodilla así que cojeo un poco hacia la calle de al lado donde le dije a Jésica que me esperara.

Caigo bajo al girar la cabeza en dirección a la casa de Stefan; haveces le espio y un día averigüe donde estava su habitación, la cual hoy estava apagada.

-Te echo demenos.- Susurro para mi misma a la vez que avanzo hacia el coche de Jésica.
Tengo la sensación de estar metiéndome en la cueva del lobo.

-Joder si que has tardado, pensé que te rajabas.

Unos veinte minutos después ya se ve la larga cola de Pumyte, cola que no vamos a tener que sufrir porqué Jésica ya es muy conocida aquí por tirarse a todos los matones que vigilan las entradas.
Desde que Jés y Alex cortaron esta un poco tocada y se lo tira todo, ella no me ha contado lo que le ha pasado a su relación pero los cotilleos corren que no veas.

Pasamos por delante de todos los de la cola y se les hoye gritar de injusticia, me apresuro a acelerar el paso porqué el morro que tenemos me pone muy nerviosa.

-Hola guapo... -Seduce Jésica al portero agarrándole de la corbata.

Ese hombre tiene que tener más de treinta años, que asco, que puta es.

-Hola nena. -Le contesta guiñándole un ojo y dándonos vía libre para pasar a la vez que le da una tocada de culo a Jés. Yo miró hacia otro lado.

Al entrar la sala noto un holor a sudor que lo flipas y la recorro con la mirada, es más grande de como la recordaba la última vez que vine, tantos focos de colores y una plataforma enorme donde todas las putas se suben a bailar y todo eso está rodeado de una barra donde sireben todo tipo de copas. Hay me voy a subir yo.

-¡Jésica vamos a subir hay arriba!

Ella me mira con una sonrisa de picardía.
Caminamos hacia la plataforma haciendo sonar nuestros tacones lo más alto que podamos.
Al subir nos movemos de una manera muy sensual que hace enloquecer a todo aquel que nos mira...

Veo un grupo de chicos a lo lejos, deven ser unos siete buenorros que veo que me señalan, diviso entre ellos a Stefan que todavía no ha tenido tiempo de girarse a ver lo que sus colegas le señalan, me asusto y me tiro boca abajo por la plataforma hasta deslizarme hacia el suelo. Al lebantatme he perdido de vista a Stefan y el no me ha llegado a ver a mi.

-Tia vamonos a otro sitio. -Le digo a Jésica a la vez que le tiro del brazo para llevarla hacia la salida.

-¿Que dices? ¡Si no son ni las dos! -Me mira ella sorprendida.-Te presento a los hermanos Anton y Chees.

Veo acercarse a dos chicos.

-Chees es el mío. -Me susurra Jés al oído.

-Hola guapas saluda uno de los dos, el otro parece más calladado no diferencio cual es el mío, pero lo averiguo rápido al ver que uno de ellos, bastante guapo por cierto; pelo negro y ojos verdes choca sus labios con los míos, nos morreamos de la manera más lenta y perturbante que e echo nunca pero me encanta minutos depues de un mojado beso le detengo apartándolo de un empujón al ver que detrás de Anton se encuentra Stefan que acava de tirar su copa al suelo y da media vuelta hacia la salida.

Lo ignoro, al fin y al cabo es lo que quería, que se sintiera mal.

Los cuatro disfrutamos de la noche y me acompañan a casa, Anton quiso hacerlo con migo pero yo me negué porque no soy una guarra que se los tira la primera noche.

-Adiós "Amiga" -Dice Jésica.

-Adios. -Respondo con una sonrisa en la cara.

Al bolver a escalar por el balcón no veo nada raro y sonrio satisfecha al ver que mi plan de escape a salido a la perfecion hasta que veo a Stefan depie al lado de la estantería con un cuadro en el que salgo con mi hermana.

-Te estaba esperando. -Me espeta y yo palidezco al momento.

RecuerdameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora