18#DESEO

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Ya ha oscurecido y desde dentro de la minúscula tienda de campaña donde dormire con Stefan hace demasiado calor. Decido salir a fuera a pesar de que Mr. Marred me ordenó que no lo hiciera, más que ordenar me lo suplicó, chillando que me hiva a preparar una sorpresa. Ver lo mucho que se emociona con las cosas provoca en mi sentimientos que ni yo se expresar.

-¡Aurora! -Grita Stefan cuando le sorprendo viendo como oculta algo detrás de su cuerpo. Su...su...cuerpo...va sin camiseta y la luz de la fogata que hemos hecho antes se refleja en sus abdominales haciendo que pierda la noción del tiempo.

-¡Vuelve a la tierra nena! -Me mira sorprendido. -¿Que miras?

Sabe perfectamente que estoy mirado.

-¿Que ocultas hay?

-Yo... ¿Ocultar?

-Si cavernícola.

-Era una sorpresa. -Dice tensando sus hombros y entristeciendo su cara.

-Esta bien. -Me tapó la cara con mis dos manos para que pueda darme la sorpresa. A pesar de que no veo nada se que Stefan está sonriendo. Stefan me guía cogiéndome de la cintura y susurrándome al oído que siga recto.
Stefan me detiene y me aparta las manos de mis azules ojos.

-¿Una radió? -Pregunto observando el pequeño artilugio apoyado en un árbol.

Stefan lebanta dramáticamente la mano y presiona el botón de encendido. Empieza a sonar una lenta... No recuerdo que nombre tiene la canción pero es la típica que suelen bailar las quinceañeras con sus padres al cumplir quize años. No. No. No.

-No pienso bailar una lenta.

-Vamos no me rechaces. -Dice avergonzado, intenta darme pena. -Otra vez no.

-La verdad es que no se.

-Yo te enseñare.

Stefan me coje los brazos para rodear su cuello mientras nos acercamos cada vez más, pone sus calientes manos sobre mi cintura. Esto es relamente fácil, aunque no lo haya intentado con nadie. A causa de la oscuridad los verdes ojos de Stefan se an vuelto negros, parece un gato comiéndome con la mirada.

-Te deseo. Te deseo Mucho.-Me dice. Acerco su cabeza a la mia, doy un pequeño salto para subirme y enrredar mis piernas en el. Yo también le deseo. Empiezo a besarle suavemente, pero estoy muy caliente y el también, por eso nuestros besos son cada vez más fuertes y desesperados, aclamándose el uno al otro.

-¿Estas segura?

Asiento. Nunca he estado tan segura de algo.

-¿Ti..tienes condo...condones? -Digo avergonzada sin saver a donde mirar. Decido mirar su entrepierna que ya es bastante visible.

Asiente.

Entramos a la tienda. Stefan se tumba y yo me siento a orcajadas sobre el, empieza a quitarme la sudadera hasta que me quedó en sujetador, ahora estamos semidesnudo los dos.
Empiezo a trazar círculos en su tanbleta, notó su entrecortada respiración y me pregunto si el notara lo nerviosa que estoy yo.
Stefan me quita los pantalones y yo se los quito después, me pone mucho verle en boxers y notar como se le pone dura tan sólo con tenerme en cima.

-Dios, nena. -Dice mientras sus manos rodean mi culo. -¿Te apetece que lo haga verdad?

Por supuesto que quiero. Lo miro e intento ocultar mi sonrisa ansiosa. Sin embargo, se da cuenta y con un rápido pero delicado movimiento, hace que cambiemos de postura, de manera que queda sobre mi.

-¿Estas...?

-Si me lo preguntas otra vez, te mató.

Me sonríe y agita el preservativo que sostiene entre el índice y el pulgar. Me muerdo el labio.
Sus dedos se deslican sobre mis piernas y eso provoca que me moje del todo.

-Éstas muy mojada, eso lo hará más fácil. -Dice y coje aire.

Se separa un poco y lo abrazo con las piernas para sentirlo más cerca. Me saca las bragas y luego se saca el mismo el bóxer.

-Despacio nena. Tenemos que ir despacio. -Me susurra al oído. -Al principio te va a doler. Si quieres que pare, dímelo.

-Vale. -Asiento y trago saliva.

Stefan me besa y notó el roze del condón en mi piel y me estremezco. Un segundo después me la mete, es una sensación muy rara, dolorosa y placentera a ala vez. Cierro los ojos y me oigo jadear.

-¿Estás bien?

Asiento y me la mete un poco más. Hago una nueca de dolor.

-Dios... -Gieme y echa la cabeza hacia atrás.
A causa del dolor le araño la espalda.
Su voz me sirve de consuelo y hace que me olvide un poco del dolor, pero esté se agudiza cuando sus caderas empujan un poco más contra las mías.
Se que le está costando mucho controlarse, ir despacio por mi y eso hace que aún lo quiera más.
Parece que el tiempo se detenga cuando Stefan sale y entra de mi con mucha rapidez. Gimo su nombre.

-Lo éstas haciendo muy bien nena. Te quiero mucho.

Ya no duele, pero sigue siendo incómodo cuando me embiste. Mis labios rozan su cuello y le estiró del pelo, eso le hace jadear.
Stefan se corre en el condon llenándolo por completo. Agotado se tumba sobre mi pecho, oigo su corazón latir contra el mío.

-¿Te duele? -Pregunta posando su mano sobre su mejilla.

-Ya no. -Le sonrió.

Apesar del dolor, a sido la esperienzia más placentera que he tenido jamás. Ya fantaseo con la próxima vez.
Stefan sale de mi por esta noche. Se saca el condon, le hacen un nudo y lo tira al campo.

-Te quiero Aurora.

-Te quiero Stefan.

Y así, apoyados el uno en el otro, ambos agotados, repasamos lo que ha pasado esta noche hasta que nos quedamos dormidos.

RecuerdameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora