Se acabó. Llevo todo el otoño pasándolo mal, sufriendo al ver como Stefan me ignora.
No entiendo nada, yo sería capaz de enfrentarme a mis padres por el, ¿Acaso él no?
Le vo al salir y regresar a casa, las primeras semanas me miraba, ahora no me dirige ni la mirada. He tenido un desliz tonto, una mancha en el currículum de amor verdadero, o eso me digo para sentirme mejor.
Los cuentos de hadas, las princesas Disney no son realidad, los escritores o directores de las películas estaban heridos de amor o se drogaban.
La verdad es que lo sigo amando y me atrae ridículamente la forma en que me ha roto el corazón, por eso necesito llenar ese vacío.
Decido llamar a Jésica.-¿Si? -Dice Jés al otro lado del teléfono tres tonos después de ignorar mi llamada.
-¿Jésica? -Pregunto al no reconocer su voz por los gritos que oigo de fondo.
-¿Aurora?
-Sí, sí. Soy yo.
-¿Que quieres? -Pregunta riéndose. Parece borracha.
-¿Vas borracha? -Pregunto.
Oigo risas que se entre mezclan con las de Jésica.
-Ya vasta de preguntas. -Se ríe. -No eres mi amiga.
-Por... Por eso te llamo quiero quedar con tigo Jés, hablar las cosas. -Digo a la vez que me desconcentarn los gritos del piso de abajo.
-¿Hablar? Eso no sirve par nada, un buen polvo es lo que cura los males tía. -Hipa.- Salgamos de fiesta.
-No se si es buena idea...
-No era una pregunta Aurora, ¡Quien a bajado la música! -La oigo gritar. -Esta noche en Pumyte.
-No creo qu... -Intento reprochar pero Jésica ya ha colgado la llamada.
Pumyte es una discoteca para mallores de dieciocho y se han dado casos de violaciones y muertes por coma etílico en ese lugar, nunca me entusiasmó ir, pero en este caso es urgente; neceisto hablar con Jésica y de paso un lio de una noche para olvidar a Stefan.
Mis padres no me dejan ir a discotecas así que aprovechare que no saben nada de mi discusión con Jésica para decirles que voy a pasar el fin de semana con ella.De golpe recuerdo esos gritos que oía anteriormente en mi casa, justo cuando habro la puerta veo Sophy subir corriendo las escaleras.
La sigo hasta su habitación y al entrar la veo tirda en su cama gimoteando de dolor.
Hacia mucho que no entraba a su habitación, desde hace un par de meses exactamente cuando mi hermana decidió que ya era muy grande para que su hermana mayor le leyera cuentos.
Siempre me a encantado su habitación, antes de nacer Sophy era la mía, una cama de princesas con pared rosa de fondo, todas las demás paredes blancas, en enorme hueco para bailar o jugar en el centro y unas ventanas enormes que son como un balcón cortado, me encantava ver caeer la nieve desde esas ventanas, me hacian creer que yo dominaba sobre el tiempo.-Vete. -Dice Sophy enterrando su mojada cara entre sus moradas rodillas.
-No. ¿Que te ha echo? -Le pregunto conociendo el causante de sus llantos y desconociendo la razón.
-Papá es bueno.
-¿Y porque lloras?
-E sido mala. -Dice secándose las ultimas lágrimas.
-¿Eso te ha dicho el?
Sophy asiente.
-Tu no eres mala enana. -La consuelo. -Eres la hermanita más adorable que he podido tener nunca, y nadie es merecedor de hacerte llorar.
-¿Ni siquiera papa? -Pregunta.
-Ni siquiera papa. -Le afirmo.
-¿Me puedes leer un cuento? -Me pregunta cojiendo uno de su estantería.
-Claro enana. -Le digo a la vez que la abrazo.

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Recuerdame
RomanceNos enamoramos tan rápido que un simple "Te voy a olvidar" nos pasa muy lento. Esta es la historia de Aurora la chica que piensa diferente, la única que no cree en el amor, ni en un te quiero, necesita algo más, o eso pensaba ella... hasta que apare...