Capítulo cinco

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Mi esposo se levanta de la cama con el bebé y camina hacia su cuarto. Ya se ha dormido, por fin. Yo comienzo a pasar las páginas, una por una. La humedad ha provocado que las páginas se tornen un color amarillento y la tinta se riegue un poco. Llego a una página donde hay una taquilla de cine. Sonrío un poco.

"19 de septiembre de 2015.

Querido diario:

¡Hoy ha sido el mejor día de mi vida! Comenzando esta mañana. Me levanté súper temprano porque sabía que hoy iba a salir con Hernie. Recogí toda la casa (muy habitual en sábado). Después de mediodía, él me llamó. Hablamos por más de una hora por el teléfono. Luego, yo me comencé a arreglar. Me planché el pelo porque sabía que eso le iba a gustar.

Luego, a la hora de ir al cine, yo salí. Estaba con una falda de pana azul marino y una camisa blanca. Además, llevaba el pelo suelto y unas sandalias. Él siempre me ha visto desaliñada y horrible: con pantalones largos, tenis y despeinada. Cuando él salió, caminó hacia mi casa. Al momento de voltearse, literalmente, se cayó. Se levantó, sonrojándose, y camino de vuelta hacia mí.

En todo el camino al cine pude sentir su persistente mirada sobre mí, y yo me sentí triunfante.

La película era de un hombre que iba a Japón para trabajar. Pero luego se dieron cuenta de que todo era una trampa y a él y a su familia los querían asesinar. Se llamaba No escape. Yo estaba sentada a su lado, y estaba muriéndome de miedo. La película, más que acción, parecía de terror. Había muchas muertes, sangre y, sobre todo, mucha tensión. Hubo una parte en la que sentí mucho miedo. Y le pedí que me diera su mano. Él me la tomó y la sostuvo fuertemente. Yo sentía como si todo fuera a explotar en cualquier momento. Todo a mi alrededor se sentía pequeño y yo solo quería salir corriendo de la manera más eufórica posible.

Pero me contuve.

Estaba tan cerca de él que podía oler su embriagador perfume. Huele como a canela, aunque no estoy segura si hay perfumes para hombres de canela. La cosa es que estaba como borracha. No podía ver bien la película y su fragancia me embobaba.

Cuando terminamos la película fuimos a comer un helado con sus hermanos. Él caminaba con aire de confianza. Miraba a todos con una gran sonrisa y me hablaba sobre su opinión de la película. (Le encantó). Yo no le prestaba atención. Yo solo miraba como sus labios se movían y como sus pestañas se batían. Apretaba mi mano para saber que la seguía teniendo. La tenía. Y mi mano estaba entumecida. Pero él no parecía darse cuenta de que quería seguir con su mano en la mía."

Antes de nosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora