Capítulo 12.

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             Cuando Kim se despertó a la otra mañana, notó que toda su habitación estaba como nueva. Los muebles estaban en sus lugares, el piso estaba brillando y todo estaba en orden, hasta el cuadro con su familia tenía otro marco. Tomó su celular y se fijó la hora. Se alarmó cuando notó que eran casi las 8.00 am. Pero luego recordó que hoy era domingo. Se sentó y sintió que un horrible dolor de cabeza lo invadió, rápidamente recordó todo lo que había sucedió anoche. Se sintió avergonzado y pronto recordó a Sehun.

¿Él había limpiado toda su habitación?

Se levantó rápidamente y se dirigió al baño, se higienizó y bajo a la sala de estar, donde encontró nuevamente todo impecable.

Un rico aroma inundó sus fosas nasales. Caminó hacia la cocina y una calidez rozó su alma cuando vio a Sehun allí lavando los trastes mientras tarareaba una canción. Una sonrisa se aproximo en su rostro. Le quedó observando un buen rato, analizando cada movimiento.

Se ve tan bonito. Fue lo primero que vino a su cabeza.

Kim carraspeó haciendo que el rubio se sobresalte. Dio media vuelta y sonrió tímidamente cuando vio a Kim parado allí, recostado en el marco de la puerta.

-Has despertado. –comentó bajito. –Siéntate. Te he preparado el desayuno. –Kim obedeció y caminó perezosamente hacia la mesa. -Como había dicho Sanghun, soy terrible cocinando, pero hice lo mejor que pude.

Kim se sentó en la punta de la mesa y luego de unos segundos Sehun vino con el famoso desayuno americano. Panqueques casero con jengibre y arándanos, acompañados de un jugo de naranja exprimido. Kim agradeció y le ofreció a Sehun un poco, pero este se negó informando que ya había desayunado, y de paso se disculpó por no haber esperado a Kim.

Cuando Kim ya había terminado todo su desayuno, nuevamente le agradeció a Sehun y dijo que le había gustado mucho, Sehun mostró un leve sonrojo e hizo una pequeña reverencia.

Un silencio sepulcral los invadió hasta que Kim se decidió a hablar.

-¿Tu... limpiaste todo? –preguntó sutilmente.

-Si, ya sabes... estoy acostumbrado a levantarme temprano y no pude evitarlo. –Sehun habló. -¿Le molestó que haya tocado sus pertenencias? –preguntó rápidamente.

-No, no... claro que no. Es solo que no tenías que hacerlo. Tú no has hecho nada.

-Tranquilo... disfruto limpiando y ordenando. –Sonríe. -¿Ya te encuentras bien, Jongin? –pregunta reposando su mentón en las palmas de sus manos.

-Hyung.

-¿Cómo? –pregunta confundido.

-Me gusta cuando me dices hyung. –Kim habló con la cabeza gacha.

-.Las mejillas de Sehun dolieron de tanto sonreír. -¿Ya estás bien, hyung? –vuelve a preguntar.

-Si, me encuentro mejor, gracias. –Kim carraspea. –También gracias por quedarte. –su voz apenas habla.

-Te lo prometí, hyung. Prometí que me quedaría. ¿Lo recuerdas?

-.Kim solo asiente con la cabeza por lo avergonzado que se sentía. –Yo... actué como un tonto. Lo siento. –se disculpó nuevamente.

-¿Sientes haberme besado? –debería ser ilegal ser tan directo.

-¡No! Nada de eso. –respondió rápidamente. –Sino por lo otro, destruir todo a mi paso.

-Ohh... no pasa nada. También me ha pasado. Cuando me siento muy enojado y tengo muchas emociones acumuladas. Me suelo desahogar de esa forma, o también llorando. No hay nada de qué avergonzarse, hyung. –los dos quedan en silenció hasta que Sehun toma la mano de Kim entre las suyas. Kim nuevamente se tensa. -¿Quieres decirme que tenia así, hyung? Puedes confiar en mi. –dice dándole una reconfortable sonrisa.

-Ni si quiera yo se lo que me pasa. –y Sehun se sintió tonto por preguntar semejante cosa. –Lo único que puedo afirmar es que me gustas... -Sehun nuevamente sonrió. –Y sabes... cuando te vi hace un rato allí limpiando los cubiertos, no pude evitar sentir una sensación cálida recorriéndome. Y... -hizo una larga pausa. –Me imaginé... -habló lento. –Me imaginé a ti, dentro de unos años, yo mirándote de la misma forma, sintiendo lo mismo que sentí en ese instante. Y realmente quiero que pase, quiero que permanezcas a mi lado hasta el último de mis días. Cuando ya estemos arrugados y nuestra única preocupación sea el disfrutar de nuestros últimos días. –Kim calló al escuchar los sollozos de Sehun. –No sé que me tiene así. No sé si sea la angustia de volver a revivir todo mi pasado o el miedo a perderte.

  Sehun que se encontraba con la cabeza gacha, se encontraba tratando de alejar ese enorme nudo que sentía en su garganta. Lo que había dicho Jongin que fue tan lindo que Sehun lloró porque nunca se sintió tan amado y apreciado de esa manera.

Y Kim. Al que todos llamaban descorazonado, se encontraba confundido al ver llorar al rubio, respirando irracionalmente y observando a Sehun llorar sin saber qué hacer. En diversas películas que había mirado, siempre cuando un individuo comenzaba a llorar, el otro lo abrazaba consolándolo. Kim imitó la acción, dando pequeñas palmaditas en la espalda de Sehun, tal como el rubio lo había hecho ayer.

-¿He dicho algo malo? No quiero que llores, Sehun. –habló sincero.

-No es eso, hyung. Es solo que lo que me dijiste... me emocionó. –Jongin sonrió tierno.

-¿Solo era eso? Pensé que era algo que te había hecho sentir triste.

-Las personas pueden llorar de distintas maneras, hyung. A veces lloras de tristeza, otras de cólera, a veces de felicidad y otras... simplemente sientes la necesidad de largarlas. –Sehun enredó sus brazos a los costados de Kim. –Tus palabras... nunca nada ni nadie me habían hecho sentir tan querido. Te quiero, hyung. –dijo Sehun con un nudo en su garganta. –No hace falta que respondas.

-Yo también te quiero... mucho. –respondió.

Después de ese encuentro tan intimo para los dos. Ambos se encontraban en el jardín, sentados uno junto al otro. Disfrutando del silencio. Dejando que sus almas se conecten a través de los sentimientos.

Sehun lo había confirmado... Kim era un hombre muy sensible. Lo único que le faltaba era un pequeño empujoncito para conocer al tímido hombre que se encontraba escondido.

Kim dirigió una mirada a Sehun y algo en su interior se alteró.

      Había conocido a ese muchacho en uno de los primeros días como secretario para el Sr Wu. Sehun venia cargando varias cajas con los productos cuando de pronto sus pies se enredaron y cayó de boca al piso, hoyó como los otros empleados se reían por lo bajo al observar al novato. Kim solo lo quedó mirando neutro y lo único que pudo pensar fue que Wu lo había elegido por su belleza. Se acercó a ayudarlo y pudo observar como el chico se mordía el labio inferior por la vergüenza. Luego de eso Kim se había ido a su oficina y había hecho todo lo posible para meterle pata a Wu, y luego de unos duros meses, resultó. Wu había renunciado y Kim pudo finalmente tener a Sehun revoloteando a su alrededor. Por una extraña razón, cada vez que Sehun se encontraba cerca, Kim se sentía protegido y aliviado, como si Sehun fuera una clase de ángel guardián que siempre velaba por él.

Apartó rápidamente su mirada cuando notó que Sehun también lo estaba mirando con una sonrisa divertida plasmada en su rostro.

-¿Por qué miras tanto? ¿Acaso te gusto, hyung? –Kim nuevamente sonrió y le dirigió una cómplice mirada a su nuevo compañero de vida.

Ni yo se lo inmensamente que me atraes.


ALEXITIMIA || KH {editando}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora