La oscuridad de tus ojos [Justin Bieber]

Capítulo 35

No podía creer que me haya convencido, digo se que estoy loca y puede que haya hecho cosas peores pero creo que eso no fue una buena idea.

―Ven es por aquí. ―el me arrastró por alguna parte del bosque.

Creo que dábamos muchas vueltas a lo idiota, aunque el que dirije es Justin.... por lo tanto es a lo Justin.

―¿A dónde vamos?

―A dar la vuelta. ―sonrió descaradamente.

―¡No me jodas! ―me solté de su agarre y me fui por donde habíamos venido.

El muy idiota me cargó en sus hombros sorpresivamente.

―Era broma, cariño.

El mote "cariño" resono en mi cabeza, haciendo que para mid esfuerzos de que me bajará, pero una vez que escuché su risa burlona empecé a golpearlo en la espalda.

―Me rindo, eres un idiota.

―Pero amas a este idiota.

Ignore eso completamente. ―¡Estupidisimo!

―Pero yo se que te encantó.

Bufé, creo que lo peor era que no podía negarselo.

Camino por bastante tiempo, faltaba poco para que me durmiera, pero me bajo inmediatamente y casi caigo pero él me sostuvo.

―Sorpresa. ―susurró en mi oído.

Y si que fue una gran sorpresa.

Su patio trasero estaba adornado con luces que parecían pequeñas luciérnagas a lo lejos; en el centro había una mesa para dos personas y en esta unas velas para la iluminación, en el piso habían pétalos donde te dirigían al camino.

Caminamos a la mesa, nos sentamos frente del otro, en cierta manera me sentía nerviosa, y mal porque no estaba arreglada como para este tipo de cosas.

―Espero que te guste. ―me dio una sonrisa nerviosa.

―Es hermoso.

Él sirvió la comida a cada uno, comimos y platicamos por fin como personas civilizadas, sin peleas ni sarcasmos. Era cómodo estar los dos juntos. Cuando terminamos sólo nos quedamos viendo uno al otro, su mira en verdad se me hacía pesada la mayor parte del tiempo pero esta vez, pude admirar sus ojos los cuales eran mucho más obscuros de lo normal, casi negros.

―Ya no puedo más.

Se acercó rápido a besarme, me tomó por sorpresa pero como era ya obvio le devolví el beso sin resistirme. Al parecer estábamos necesitados uno del otro porque pocas veces nos esperábamos y en verdad de sólo pensarlo me daba bastante pena; sentia como me sonrojaba.

―Te amo.

Esas palabras me dejaron sin habla, tal vez y sólo tal vez estaba soñando y esta bromeando conmigo.

―¿Q-Qué? ―pregunté o más bien tartamudie ya que ni yo entendí lo que dije.

Dio un largo suspiro. ―Que... me gustas mucho, me encantas en todas las formas que son posibles. Tal vez sea muy pronto para decirlo pero; te amo.

Si, definitivamente estaba soñando pero era uno de los mejores sueños del mundo y no quería despertar nunca.

Al no decir nada él dio una mirada de preocupación, iba hablar cuando se lo impedi y lo besé. Ahora era el el sorprendido.

No negaré que fue el mejor momento de mi vida, en verdad no quería olvidar aquel momento pero como todo hay algo que lo hecha a perder en este caso Amber. La quiero y todo pero esta vez ¡se paso!