No Grites

Me gusta.

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Para: Kevin De: Eli
Quiero ir a tu casa, no te quiero prometer nada pero espero que me sea posible
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Mi corazón comienza a agitarse y pienso que esta es una de las noches en la que no quiero dormir, sería maravilloso que él se encontrara aquí, me gustaría que no se fuera de mi lado y que todas las noches sea únicamente para mí, en tan poco tiempo me enamoré tanto. No quiero hacerme falsas ilusiones pero me anima el que pueda estar aquí y concluir lo que empezamos en los baños del restaurante.

Pienso en como entrará a mi casa, no quiero que los demás lo vean entrar y que luego allá sonidos extraños, trato de ordenar un poco mi habitación, no quiero que tenga una mala impresión de mi habitación.

Han pasado algunas horas y Eli no aparece, tal vez tenía que hacer otras que hacer, no lo prometió, dan la 1 de la mañana y pienso que es mejor que duerma. Me pongo mi pijama y me acuesto.

Se oyeron algunos ruidos pero los ignoré y decidí seguir durmiendo, siento que mi casa se hunde y lejos de pensar que es Eli, pienso que puede ser algún delincuente.

— ¿Creías que no iba a venir? Pero si apenas son a las tres de la mañana— Lo veo a los ojos y es él, mi hombre

— Dijiste que vendrías por la noche, no por la madrugada— rei levemente

— Eso no es excusa— acaricia mi rostro

— Tus manos, son hermosas justo donde están—

Se acerca a mí y me da un beso jalando mi labio inferior, sigo su rostro para continuar el beso y lo disfruto tanto, su olor, se ha puesto perfume recientemente y huele tan bien, tan varonil, tan excitante.

— Ya sabes que hacer Woo, quítate la ropa—

— Claro—

Me deshago rápidamente de mi ropa y veo que él hace lo mismo, nadie prendido la luz pero alcanzo a distinguir su silueta, es perfecta, su espalda y sus brazos son fuertes.

— Eres muy sexy— susurro

— No más que tú— me dice con voz ronca que hace que pierda un poco el control

— Cambiaste tanto, eras un niño muy dulce e inocente ¿en qué te he convertido? — dice mientras camina hacia mi

— En alguien que te desea con todas la fuerzas, en alguien que ya no tiene descaro cuando está a punto de tener sexo contigo, en el que tiene ganas de tenerte desnudo todo el tiempo para cumplir tus fantasías—

— Kevin, Kevin... yo igual— con sus manos frías toma mis cintura, me pega contra él y empieza a hacer un suave movimiento con las caderas— siento todo nuestro contacto, recargo mi rostro en sus hombros.

— Te quiero—

— Yo más, así, así—

Vuelvo mi cara hacia su rostro y le digo:

— Tienes razón, prefiero en no pensar muchas cosas, quiero disfrutar de ti, de nuestro momento, lo que tenga que durar—

— Ya no pienses más, enciende la luz y enséñame ese bonito trasero—

Hago lo que me dice, prendo la luz, subo a la cama le doy la espalda y le muestro los que quiere.

— Que bonito—

— No me hagas avergonzarme—

— No has perdido toda la vergüenza—

— Cállate y termina por favor— inconscientemente muevo mis caderas

— Con esa provocación con todo gusto— se inca hacia mí, abre mis piernas y empieza a succionar

— Con cui...cuidado—

— Pero te gusta mi amor—

— Sí, sí , mucho—