¿A dónde me has traído?

15 2 0
                                    

  — Olvide algo en este piso— salgo en uno de los pisos

— ¡Kevin! —

— Después te veo—

Le cuento mi experiencia a Eli y ríe sin parar, me hace tan feliz hacerlo feliz.

— ¿Qué haremos esta noche? — preguntó curioso

— Lo que tú quieras—

— ¿Enserio? —

— ¿Qué te parece un hotel? —

— Wow, ¿enserio? Sí, me gusta la idea—

— Entonces te doy la dirección y en la noche llegas, yo ahora tengo que salir, pero te veo ahí—

Eli escribe en una hoja y me la entrega, la guardo en mi camisa y me despido de Eli con un beso.

A las 7 de la noche salgo de la empresa, tomo un taxi y le digo la dirección, 20 minutos después llego, entro y es un hotel muy solo, pero con muchos pisos, subo por el ascensor al 8 piso en la habitación 111, abro la puerta uy todo está obscuro.

— Eli ¿Estas aquí? —

— Si, pero encuéntrame—

— Debí imaginarlo, Eli— me quejo

Empiezo a caminar por la habitación y choco con muchas cosas, sigo su voz, pero él solo juega y se mueve rápido, oigo el sonido de una puerta y ya no sé hacia donde caminar.

— ¿Eli? — Pregunto pero no oigo respuesta —
¿Eli? —

De pronto siento sus calurosas manos en mi estomago

— ¿Quieres a ir a la ducha Kevin? —

— Si, si—

Enciende la luz y me jala de la mano hacia el baño, se encarga de quitarme toda la ropa, muy suave, el hace lo mismo, delicado.

Abre la llave de la ducha y cae agua tibia, me lleva adentro, me besa, lo beso, puedo sentir como empiezo a sudar y no quiero agua tibia, necesito agua fría.

— ¿Sabes que es este hotel? —

— ¿A dónde me has traído? —

— Aquí, las personas como tú y yo tienen sexo, pero nadie lo sabe— lo último me lo susurra

— Y ¿dónde lo hace? —

— En una habitación o fuera de ella—

Me jala bruscamente y me jala por toda la habitación, mojado y sin ropa, abre la puerta, salimos, cierra la puerta y pega mi rostro contra ella

— ¡NO ELI! —

— ¡SI KEVIN! —

Comienza con un suave masaje, en la espalda, comienza a frotarse contra mí

— ¿Así? — habla fuerte y agitado

— SI, SI— consigo gritar, oigo como 1, 2, 3 puertas se abren y la personas de su interior nos comienza a ver.

Eli se inca y comienza a jugar con mi cuerpo y yo no hago nada más que gemir, o más bien gritar, me vuelve loco.

Abre la puerta, entramos y me lleva a la cama, me deja caer, hay una copa en una pequeña mesa a lado, la mitad me la hace tomar y la otra mitad la deja caer encima y de mí.

El alcohol y yo no nos llevamos bien y rápidamente me mareo y me pongo "alegre" y comienzo a reír pero aún siento todo.

Seguía masturbándome, cuando Eli vió que estaba preparado hizo que me parara y apoyara fuerte del borde de la cama y me separó un poco las nalgas para poder introducir su miembro, me sentía un poco estrecho pero también estaba muy caliente.

Las primeras embestidas fueron lentas y dolorosas, pero las siguientes fueron siendo cada vez más fuertes y seguidas, cosa que me provocaba constantes gemidos de absoluto placer en los que pedía más, si por algún motivo Eli paraba unos segundos, eso era lo que más me excitaba, yo le suplicaba y a él le encantaba verme pidiendo sexo, a lo mejor para él era una imagen perfecta.

Las embestidas iban aumentando, y el placer también, el mundo se había parado, Eli me avisó que estaba a punto, le pedí que se corriera dentro, quería su flujo, Eli me hizo caso y así fue, corriéndose y provocando inmediatamente también el clímax en mi haciendo que me viniera.  

No GritesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora