Capítulo 7

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-¡Papá! ¡Porfii! ¡Llévame a la librería te lo pido por favor! -Me encontraba rogándole a papá, el cuál me miraba con cansancio.

-¡Esta bien! Ya basta... ya basta, de verdad Asia, cuando quieres algo llegas a ser muy testaruda -Me dijo ya exhausto, pero a la vez con una chispa de diversión en su mirada -Métete en el coche princesita mía -dijo, pero esta vez regalándome una cálida sonrisa.

-¡Gracias papá! -le grité emocionada y me lancé a sus brazos dándole un gran abrazo.

-¿Dónde creéis que vais con el terrorífico tiempo que hace afuera? -apareció mamá con el ceño levemente fruncido, por la puerta del salón.

-Y que más da cariño, solo saldremos unos minutos a comprar el libro que nuestra hija tanto desea -dijo papá convenciendo a mamá, pero no por completo.

-Pero... -intentó acabar pero no pudo terminar, papá se zafó de mi abrazo y se lanzó a los brazos de mamá.

Momentos como estos siempre quedarán grabados en mi memoria, son tan bonitos los dos juntos... se nota que realmente se aman por la forma en la que se regalan dulces miradas.

Salimos rumbo a la librería mientras sentía como la fría brisa se calaba por entre mis huesos, comenzaba a llover a horrores; no se porque pero, como un pequeño sentimiento de miedo empezaba a hacerse notar por todo mi cuerpo, se me erizaron todos los pelos del cuerpo. Aún así, pasé de ese incómodo mal estar.

Jugueteaba con un hilo que sobresalía del asiento del copiloto completamente animada, cuando de repente sentí un gran choque...

Me encontraba boca abajo antes de darme cuenta de que el coche empezaba a dar catastróficos giros en el aire...

Desde que giré mi cuello y me encontré a mi padre desprendido por parte del  gran cristal, en ese momento mi mundo se destruyó, ya nada volvió a ser lo que era.

<<¡Fue tu culpa! ¡Solo tuya!>>  Era el único pensamiento que rondaba mi mente...

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Desperté totalmente exhausta, lloraba incluso sin quererlo, ¡dios! me arrepentía mucho, no fue mi intención matarlo, si tan solo hubiéramos ido en otro momento, nada de esto ocurriría, ¡Pero noo, siempre tenía que ser tan cabezota!

Soy tan estúpida, ¡Solo mierdas como estas me suceden a mi! ¡Joder!

Miré la hora en mi móvil, indicaba las 3:15 de la madrugada. Fui en dirección a la gigantesca cocina blanca y negra completamente moderna y ya amueblada; abrí la gran nevera de acero inoxidable y de ella saqué agua fría, tomé un simple sorbo ya que ni ganas de nada tenía.

Subí a mi habitación y me metí en mi cómoda cama; intenté con todas mis fuerzas conciliar el sueño, pero me era imposible. Terroríficas imágenes pasaban como una maldita película por mi mente, si tan solo hubiese sido una simple pesadilla, pero no, fue la pura y asquerosa realidad.

Miles de gotas amenazaban con salir por mis ojos, y así fue, salieron sin parar sin siquiera plantearme nada más en mi cabeza comenzaba a apoderarse un inimaginable dolor.

Me formé una bola enrollándome  entre mi esponjoso edredón...

No dejo de pensar en lo doloroso que es todo esto, todo sin él es simplemente complicado.

¡Dios! y recordarla a ella, a mamá, tan decepcionada conmigo, solamente la ira y el asco hacia mi se apoderó de su mirada en cuanto  supo lo ocurrido... Desde ese día no me volvió a dirigir su asombrosa y cálida sonrisa, ya no.

Lloro, lloro y sigo llorando, no me merezco ningún perdón, después de haberla cagado tan hasta el fondo... Doy completamente asco.

¡Joder, encima mañana empiezo el jodido instituto y no he dormido nada!

TODO O NADA © [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora