Capítulo 10

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Me encontraba corriendo casi agachada haciendo el ridículo, pero no importa eso ahora, prefiero hacer el ridículo que antes mantener una conversación con el tipo ese... además no tengo ni la menor idea de como se llama.

Corre...corre...corre... Venga ya Asia, te he visto más rápida.

¡Al fin! Estoy casi por abrir la puerta piloto del coche cuando por segunda vez consecutiva del día (alguien que por supuesto adivinaréis de quién se trata) me jala del brazo suave pero firmemente consiguiendo así girarme por completo quedando cara a cara.

-¿Ahora que quieres? -pregunté ya cansada.

-Nada, nunca buscaría nada en alguien como tú, ya que no me beneficiarías en absoluto, solo venía a molestarte -dijo serio.

¿Por qué siempre se encontraba serio?

-¿Cómo que alguien "como yo" idiota? -dije haciendo énfasis en como yo, ya enfadada, ¿Qué le pasa a este tipo?

-Primero antes que nada no me llamo idiota, mi nombre es James para tu información y segundo y no por ello menos importante, no me gustan las niñatas pijas que lo consiguen todo con un "¡Estúpido pápi cómprame esto y eso y aquello y lo otro ya que lo tengo todo, quiero aún así mucho más, por que siempre tengo que estar a la última, vaya ser que la gente hable mal de mi!" Anda y que te den con tu puñetero padre que no tiene nada mejor, que comprarte con cosas materiales -dijo con todo el asco que una persona podría emanar en lo profundo de su corazón.

Realmente fue un golpe bajo aquello, ¿Por qué nombra a mi padre creyendo que lo sabe todo cuando en realidad no sabe nada?

-¡En serio, eres un idiota, yo no soy la que pidió tu ayuda cuando iba a ser usada y mucho menos soy yo la que te está persiguiendo a todas partes, ahora sí, vete a la mierda! -dije ya al borde del llanto, una lágrima calló inconscientemente sobre mi mejilla.

No me había dado cuenta de que cobardes lágrimas caían inundando mi rostro de agua salada, hasta que una rodó hacia la comisura de mi labio superior.

Bajo la mirada, no quería que me viera débil, odiaba ese mísero sentimiento.

Pensar en papá me ponía realmente enferma, ser yo la causante de su trágica muerte hacía que todo dolor se multiplicase... Y ahora va este idiota y habla como si nada de él, no le culpabilizo, él no sabe sobre lo ocurrido con papa y además... me lo merezco.

Una vez que vuelvo a subir la mirada me encuentro con esos gloriosos ojos terriblementes oscuros, ni siquiera estando completamente dilatadas hacían que la frivolidad se marchitara.

Me contempló con una mirada de preocupación, pero no tuve compasión, lo miré con cara de que la había cagado bien al fondo.

-L-lo siento... -por primera vez muestra algo de nerviosismo, jamás me hubiera imaginado a James (que bonito suena ese Nombre en mis pensamientos, me pregunto cómo sonará saliendo de mi boca) pidiéndome siquiera un misero perdón.

Lo dejé disculpándose solo ya que me metí en el coche, arranqué y me fui a toda velocidad rumbo a casa.

Aparcaba mientras recuerdos de lo ocurrido hace unos minutos rondaban por mi machacada mente.

Entré a casa y como era de esperar no había nadie, me estoy volviendo loca estando tanto tiempo yo sola en esta inmensa casa.

Subí las escaleras y una vez en mi cuarto me descalcé me desvestí y me metí en el baño de mi dormitorio, realmente necesito un baño muy largo para poder calmarme completamente ya que o sino moriré de la frustración.

Una vez acabada mi maravillosa ducha, me abrigo con un albornoz y una toalla enrollada en mi pelo haciendo el trabajo de secarlo casi completamente.

Me dirijo hacia mi armario y empiezo a buscar un pijama que consistía en un pantalón gris oscuro y ancho, un gigantesco jersey rojo granate (oscuro) y unos calcetines altos y cálidos.

Una vez ya vestida suelto mi alborotado pelo y me voy en dirección a mi cama donde se encuentra mi lap top gris con el famoso símbolo de appel, me tumbo mientras me acurruco en mi acolchado edredón y empiezo a buscar en la galería unas imágenes muy antiguas de cuando yo rondaba los 3 años y era el cumpleaños de mi difunto padre el cuál desearía que estuviese conmigo ahora, ahora que lo necesito...
Contemplo con tristeza la imagen, pero exactamente no la recuerdo, ya que por ese entonces era muy pequeña...

Ahora, me encuentro depresiva recordándolo gracias a James... ¿Os he dicho que la mala suerte siempre estaba de mi lado?

Soy la persona más desgraciada de la historia, no se que habré hecho en otra vida, pero debe de ser algo muy muy grave para tener que merecer todo esto...

Lágrimas y más lágrimas salían disparadas por mis ya hinchados ojos, me dolía absolutamente cada pequeño poro de mi cuerpo al recordar que mi yo del pasado y la del presente tienen en común que al final ambas acaban llorando como si tuviesen 5 malditos años...

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Nota de la autora:

Si queréis saber el por que del comportamiento de nuestro querido James pues dentro de nada saldrá todo revelado.

SOLO TENÉIS QUE SEGUIR LEYENDO LOS CAPÍTULOS.

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TODO O NADA © [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora