Capitulo XI

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Sigue observándome, impaciente.

-Yo...yo no se que decir - respondo vagamente. Y es verdad, no tengo nada claro en mi cabeza en este momento. El cambia su expresión seria-preocupada a una un poco relajada.

-Te comprendo, se que debes de estar confundido con todo esto, pero yo Guillermo, desde que te vi ese día en el restaurante que me interese por ti. Cuando llamaste a emergencias y yo vine a ayudarte, te reconocí y sabía que ese momento tuve la suerte de mi vida - hace una pequeña pausa y acerca su mano a mi mejilla para acariciarla, no me molesta - tu belleza me dejo impactado en el restaurante, pero me enamore de ti al conocerte - sonríe levemente - bien, te dejare tranquilo, me iría del cuarto pero por razones obvias no te dejare solo, así que solo me sentare aquí - vuelve a donde la silla, la toma y la coloca en la esquina izquierda desde mi posición, se sienta pero dándome la espalda, no puedo evitar soltar una pequeña carcajada por tal acto.

Cierro los ojos. Necesito pensar.

¿Me gusta Samuel?

Digo, el fue quien me ha salvado múltiples veces, el fue quien me ha dado los consejos más importantes, el fue quien siempre se preocupo de mi, el fue quien siempre me protegió, el fue -y es- muchas cosas importantes.

El fue la persona que siempre estuvo ahí.

Trato de ponerme de pie, la herida ya no duele tanto como antes, aun así solo puedo mantenerme de pie a duras penas, sujentandome de la camilla voy lo mas sigilosamente posible hacia donde esta Samuel, cuando estoy justo detrás de el, le tapo los ojos con mis manos, el se sobresalta un poco, pero luego noto como sonríe.

-¿Quien sera? - dice un poco juguetón.

-No lo sé, ¿Quien te gustaría que fuera? - pregunto aun tapándole la vista.

-Alguien guapo, carismático, buena persona, creo que lo conoces - responde aun sonriendo.

-No estoy seguro de saber de quien hablas, ¿Me das una pista?

-A la orden - dice, con su mano derecha remueve mis manos de su cara y se pone de pie, me mira a los ojos - lo estoy mirando, ¿Ahora lo pillas? 

No se que decir, por lo que solo sonrío. El se acerca a mi hasta el punto que solo unos centímetros separan ambos cuerpos, el levanta su brazo izquierdo y empieza a peinar lentamente mi pelo, mas como si me acariciara. 

-Eres muy lindo, ¿Lo sabías? - dice, sin dejar de mirarme.

-Gracias, tu también lo eres - el sonríe un poco, para luego dejar mi pelo y abrazarme, apoya su cabeza en mi hombro y se queda ahí. Puedo sentir su respiración en mi cuello. Reacciono y también le abrazo. El no se separa, y tampoco quiero que lo haga.  

Luego de un minuto, el se separa.

-¿Te sientes mejor?

-Mucho mejor que hace un rato - levanto mi camiseta y revelo un vendaje con diminutas manchas rojizas - Creo que ahora puedo caminar sin hacer el ridículo - Samuel sonríe, para luego retroceder unos pasos y hacer movimientos con sus manos, como si fuera un bebe aprendiendo a caminar.

-Te odio - digo bromeando, el solo me ignora mientras sigue haciendo los movimientos y gestos para que camine hacia él - vale, lo haré, solo deja de actuar como idiota - el hace una mueca exagerada de ofendido por unos segundos al reaccionar a

Muevo mi pierna derecha hacia adelante y al instante siento una punzada de dolor en mi estomago, no es muy fuerte, pero si me gustaría no tener que sentirla. Muevo el izquierdo. Misma respuesta. Repito ambos movimientos dos veces más y estoy a un paso de él, con cada movimiento el dolor se vuelve más soportable. Doy el ultimo paso para llegar a el, me agarra ambos hombros como si me fuera a caer y hace un gesto simulando estar orgulloso.

Condenado | WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora