Una leve corriente de aire me llega ala cara haciéndome despertar de mi leve estado de conmoción, respiro hondo y dejo el pequeño auto en el escritorio de la habitación, salgo al pasillo con esperanzas de encontrar a mi hermano allí jugando o algo, pero no, no esta.
Y otra vez siento la maldita sensación de que me están viendo.
Camino a paso rápido hacia la sala principal para ver a mi papá dormido en la misma posición que antes, pero con la televisión encendida. Creí haberla apagado. La apago otra vez y me propongo a ir a la habitación de Rodrigo a verificar si esta jugando o algo así, por que si no, no me explico como el auto llego a mi. Me dirijo hacia las escaleras ya que su pieza esta en el segundo piso, igual que la mía, y antes que pueda subir el segundo escalón, mi hermano aparece detrás mio, asustándome, aprieto la boca callando un pequeño grito y lo miro, se esta riendo, idiota.
-Rodrigo, voy a contar hasta tres y no quiero que estés a mi vista - le advertí, el me miro divertido y fue corriendo por las escaleras. Supongo que fue el quien estaba jugando con el auto.
Me propongo ir a dormir y olvidarme del tema, otra vez, no debería andar preocupándome por cosas insignificantes cuando tengo que relajarme un poco.
Subo a mi cuarto y me tiro en la cama,y a los pocos segundos caigo en un relajante sueño.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . .
El sonido de algunos pájaros cantado hace que mi despertar sea mas tranquilo, me estiro y me levanto de golpe, por que se que si me quedo mas tiempo me volveré a dormir.
Bajo al salón principal mientras me peino un poco y veo a mi padre aun durmiendo en el sillón en una posición extraña, rió un poco y decido que lo despertare. Me acerco a el y me acomodo frente a su cara, para luego soplarle y ver como poco a poco despierta hasta que abre los ojos y se asusta al verme, por lo que cae al suelo. No puedo evitar emitir una gran carcajada, el solo me mira enojado desde el suelo.
-Joder Guille - dice con una sonrisa mientras se levanta, yo sigo riendo - Ya veras cuando tenga mi venganza - me advierte y se va a la cocina.
Una de las cosas que mas me gusta de el es que su personalidad es muy juvenil y juguetona, no se enoja conmigo cuando le hago bromas o le golpeo despacio, los padres serios no perdonarían que sus hijos actuaran así y los castigarían, en cambio el me lo devuelve o solo se ríe.
Voy a la cocina a prepararme un sándwich y tomar café cuando me encuentro otra vez a mi papá y me hace una seña tipo te estoy vigilando, a lo que le respondo con una simple sonrisa.
-¿Donde esta Rodri? - pregunta tirándose al sofá.
-Durmiendo, supongo - respondo mientras masco mi sándwich.
-Anda a despertarlo, que no quiero que se acostumbre a despertarse tarde - asiento y dejo la taza en la pequeña mesa de centro y subo a despertar al enano, la perfecta oportunidad para vengarme por lo de anoche.
Entro a su cuarto y le veo dormir tan plácidamente y con una leve sonrisa que me dan ganas de ir y abrazarlo, el efecto que ejerce en los demás - y en mi - es muy poderoso, con un simple gesto amable puede hacerte cambiar de opinión o dejar tu enojo a un lado, una de las muchas cosas que le envidio.
Me armo de valor y le tiro las sabanas al piso de golpe, el se mueve un poco y abre los ojos de a poco hasta que me mira fijamente y me hace una mueca de enojado mezclada con una sonrisa, yo le guiño mi ojo izquierdo burlándome y rió mientras le dejo solo en el cuarto.
Bajo a buscar mi taza de café y acompañar un rato a mi padre cuando veo como Rodrigo baja todo despeinado y en pijamas - mas bien solo es un short corto y una camiseta vieja - aún tratando de mirarme mal, me saca la lengua y yo asiento mientras me rió levemente.

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Condenado | Wigetta
FanfictionGuillermo Díaz, de 23 años, trata de empezar desde cero junto a su familia, mudándose a la capital de Inglaterra, Londres. Los primeros días son como los Díaz los esperaban, serenos y en familia, pero extraños sucesos empiezan a acontecer, desperta...