Cenizas

481 64 30
                                        

Miro en todas direcciones tratando de ubicar su posición, pero no la veo por ningún lado.

-¿Que buscas, Guillermo? - habla de nuevo - ¿Por que no buscas...detrás de ti? - susurra, y siento una leve presión en mi hombro derecho, me doy vuelta inmediatamente pero no hay nada. Se escucha al instante como se ríe desenfrenadamente.

-¿Que quieres? - pregunto al aire bruscamente.

-¿Que quiero? - responde con un tono atrevido - quiero tener tu corazón palpitando en mis manos, quiero tener tu cabeza en mi pared para exhibirla como trofeo, ¿Lo entiendes, Guillermo?
La manera en que lo dice hace que imagine cada una de las cosas que menciono, y eso me aterra. Me apego un poco a Samuel y tomo su mano delicadamente. Necesito saber que esta aquí. Necesito sentirme seguro aunque no lo este. Escucho como ella camina lentamente hacia nosotros, pero aun no la veo.

-Intentare derribar la puerta - susurra Samuel - muévete conmigo a las una...dos...y tres.

Samuel se mueve rápidamente y da media vuelta para tirarse con fuerza hacia la puerta, lo hace repetidas veces, la puerta ni siquiera suena en señal de que esta funcionando. Ella se ríe.

-¿De verdad crees que sera así de fácil? ¿De verdad crees que perderé esta valiosa oportunidad? - dice y escucho cada vez mas alto como esta corriendo hacia nosotros. Me doy vuelta y veo como ella viene hacia nosotros.

-¡Cuidado! - grito y empujo a Samuel a un lado evadiendo el golpe de ella. Agarro la mano de Samuel y tiro de el en dirección contraria a la puerta y trato de correr hacia las escaleras, el dolor me impide correr de manera correcta por lo que cojeo.

Samuel me adelanta un poco y agarra mi mano, ahora el esta tirando de mi para correr más rápido. Cuando llegamos a las escaleras miro para atrás y veo como ella esta caminando sin apuros hacia nosotros con unos cuchillos en ambas manos y una sonrisa en su cara. Zorra. Samuel tira de mi para avisarme que tenemos que subir al piso de arriba, subo rápidamente hasta que un cuchillo pasa a unos centímetros de mi cara y se clava en la pared, miro hacia abajo y veo como ella esta con los cuchillos en la mano y esta lista para lanzar el resto.

-¡Vamos! - grita Samuel para animarme a subir los últimos escalones que quedan, pero antes que continúe subiendo veo como ella lanza los últimos tres cuchillos hacia nosotros.

Ninguno cae en mi. Veo como dos se incrustan en la pared. Dos.

Miro hacia Samuel y ya no esta animándome. Esta quieto mirando su pecho. Esta quieto mirando el cuchillo clavado en su pecho.

Levanta su mirada hacia a mi y con su mano hace un rápido movimiento indicando que suba. Miro hacia atrás rápidamente y puedo ver como ella se esta riendo desenfrenadamente, alcanzo a Samuel y coloco su brazo alrededor de mi espalda para ayudarle a caminar, afortunadamente, el cuchillo quedo incrustado en el lado opuesto a donde se encuentra su corazón. Pero de todas maneras, es peligroso no tratarlo.

-¡Puedo hacer esto todo el día, Guilermo! Podría perfectamente acabar con ambos en cuestión de minutos, ¡Pero esta forma es mucho mas entretenida! - grita mientras ríe malvadamente.

Camino rápidamente con el peso de Samuel en mis hombros y entro al baño, le dejo en el suelo y cierro la puerta con seguro, para sentirme más seguro -aunque se totalmente que no lo estoy - muevo la estantería en frente de la puerta para trabarla y enseguida vuelvo con Samuel que esta sentado apoyado en la pared. Examino su herida y trato de remover el cuchillo, al segundo el se queja de dolor, por lo que paro. Me levanto en busca de toallas y alcohol, abro la repisa y encuentro una botella casi vacía de este. Lo tomo y vierto un poco de alcohol en una toalla de mano sobre el lavabo y voy otra vez hasta Samuel. Observo su rostro y veo que esta sudando y tiene la cara fatigada. Tomo el cuchillo con mi mano derecha. Quiero advertir que esto le va a doler, pero soy interrumpido por unos golpes en la puerta. Uno cada tres segundos, como si estuviera pidiendo permiso para entrar. Trato de ignorarlos y vuelvo con Samuel.

Condenado | WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora