Es de noche y estoy en la calle, a mi lado hay una persona agarrada a mi mano, la miro y al principio pienso que es Anna pero en menos de un segundo me doy cuenta que no es ella, es un hombre, tiene una colonia dulce y un poco empalagosa, sí, es Óscar.
-Te amo, Ana
-Yo también te amo
Caminamos por la acera agarrados de la mano, vemos un paso de peatones y decidimos cruzar justo cuando el semáforo se pone rojo, miro para mi izquierda y lo veo, un coche viene a toda velocidad hacia nosotros, grito e intento protegerme con los brazos, espero el choque pero no viene,sólo escucho un crujido, miro a la derecha y no veo a nadie, justo en ese momento me doy cuenta que hay un líquido rojo en el suelo, miro para abajo y lo veo, Óscar está tumbado en la carretera con los ojos un poco abiertos y un charco de sangre a su alrededor, me caigo de rodillas a su lado.
-Mierda, Óscar, mírame, por favor
Me mira y sonríe.
-Ayuda, joder, que alguien me ayude.
Le cojo la mano y le acaricio la cara.
-¿No vas a dejarme, verdad? Me juraste que no lo harías.
Miro a mi alrededor y veo un señor llamando por teléfono, supongo que está pidiendo una ambulancia. Me acuesto a su lado y me abrazo a él, mirámos los dos las estrellas.
-Mira cariño, esa es nuestra estrella, ¿Te acuerdas?
-Sí
-Le pusiste mi nombre cuando nos casamos...
-Cuando muera espero ir para ahí
-Eh, nos vas a morir, no digas eso
-Ana, te amo....
Cierra poco a poco los ojos y su mano se suelta de la mia, se la aprieto.
-No Óscar, no cierres los ojos, por Dios, no los cierres, mira para arriba, mira cuantas estrellas hay...
No me responde y noto como el corazón para de latir en su pecho.
-Joder Óscar! No me dejes, no lo hagas.... Te necesito.... Te amo, siempre lo haré.
Le beso, sus labios están fríos y sin vida, noto como una lágrima se desliza por su mejilla, juntándose con la mía y haciendo un recorrido en su cara con la forma de un corazón. Me agarro la cabeza con las manos y empiezo a gritar, grito hasta quedarme sin voz, grito sólo para no escuchar los sollozos de la gente.
-Ana, joder!, despierta!
Noto como me zarandean y me despierto de repente, tengo la cara llena de lágrimas, y a mi lado está Anna con los ojos abiertos y rojos de llorar.
-Hey, Ana, ¿Estás bien, cielo?
Me abrazo a ella con fuerza y me lo devuelve.
-Sí... Sí
-¿Quieres algo?
-Tus labios, siempre
-Ven, mi princesa
Me acerco a ella y nos besamos, estamos más de 2 minutos sin separarnos, al acerlo nos falta la respiración y nos reimos. Vamos a la cocina y Anna decide hacer el desayuno, unos huevos revueltos con bacon, nos sentamos al lado en la mesa y comemos.
-Mmmm, que rico- Ana
-¿Te gusta?
-Sí
-Me alegro
Al acabar nos repartimos las tareas de la casa, ella recoge la cocina y el salón y yo el baño y la habitación, sólo nos queda un día en este hotel, eso me alegra porque vuelvo a mi casa pero por otro lado me entristece, porque en este lugar pasé los días más felices de mi vida. 2 horas después acabamos y nos sentamos un poco en el sofá, abrazadas y sin ganas de nada.
-¿Qué quieres hacer hoy?-Ana
-¿Qué te parece si vamos al aquapark?
-Perfecto
-¿A qué hora?
-A la 1
-¡¡Bien!!-Anna
Está saltando y riéndose, parece una niña pequeña, me encanta verla tan feliz. Miro el reloj y son las 11:30.
-Anna, es mejor que preparemos todo
-Sí
Vamos a la habitación y cogemos la bolsas de la playa, yo meto una toalla con dibujos y Anna una rosa sin nada, me pongo el bikini de rayas rosas y blancas, su parte de arriba tiene forma de corazón y la tela se cruza haciendo que parezca un lazo, la parte de abajo sólo tiene las rayas. Anna pone uno azul cielo con lentejuelas violetas, también con forma de corazon, pero la parte de abajo tiene unos flecos en los extremos.
-Lista- Anna
-Estás preciosa
-Y tú
Al acabar de coger todas las cosas vamos al parking y cogemos el coche, en el viaje no paramos de cantar y hablar sobre las canciones, suena "palmeras en la nieve" de Pablo Alborán.
-Me encanta esta canción, me recuerda mucho a ti
-¿Por qué?
-Porque tu también me encantas.
-Tonta...
Le sonrío y me sonrojo ,miro por la ventana, al hacer sol hay mucha gente paseando y haciendo deporte en los parques.
-Este parque me trae muchos recuerdos, mis padres me traían cuando era pequeña, ¿podemos bajarnos un momento?- Ana
-Claro pequeña
Aparcamos el coche y nos bajamos, cruzamos la carretera y voy corriendo hasta el columpio, me subo y empiezo a moverme, mi pelo baila con el viento.
-¿Puedes empujarme, cariño?-Ana
-Claro
Se acerca a mi y antes de empujarme me da un beso en la frente, se pone detrás mía y empuja el columpio con cuidado de no hacerme daño, me río como una niña pequeña y por un momento me acuerdo de mi infancia, mi hermano empujándome en los columpios y riñéndome porque me soltaba, mi madre llamándonos para comer la merienda y mi padre jugando cogiendo en el colo a mi hermana, era feliz, era pequeña y mi único miedo era que mi muñeca favorita se rompiera, nunca me imaginaría que lo único que se iba a romper era mi corazón y justo en ese momento apareció un niño, moreno con unos ojos azules enormes.
-Hola
-Hola- Ana
-¿Quieres jugar conmigo?
-Sí
-¿Te gusta el fútbol?
-No
-¿Y qué te gusta?
-Jugar con mi muñeca
-¿Me la presentas?
-Claro
Voy corriendo a junto mi madre y le pido mi muñeca, ella me la da sonriendo.
-Se llama Anna y su sueño es llegar a ser una princesa
-Que nombre más bonito, ¿Tú como te llamas?
-Ana
-¿Igual que tu muñeca?
-No, su nombre se escribe con dos n
-Ah, ya sé
En ese momento lo llama la madre y se despide de mi dándome un beso en la mejilla, sale corriendo y me doy cuenta que no sé su nombre, le grito.
-Y tú, ¿Cómo te llamas?
-Óscar, me llamo Óscar.
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No digas nada, sólo ámame.
FanficDesde la muerte de Óscar, marido de Ana Morgade, tiene pesadillas, y por miedo de no despertar prefiere no dormir. Un día, cansada de estar sola decide quedar con sus amigas, lo que no sabe es que desde ese día todo su mundo se va a volver de color...