-Eh Ana, tranquila, respira.
Silvia está sentada en el sofá con mis manos entre las suyas.
-No puedo, joder, soy tonta, ¿cómo pude hacerle eso a Anna?
-Anna va a volver
-¿cómo estás tan segura?
-cariño, es imposible no ver el brillo que aparece en sus ojos cuando te mira o habla de ti, te ama.
-Pero yo le dije que se fuera... Ya no quiere estar conmigo
-Llámala
-¿Qué?
-que la llames, pregúntale a ella si te sigue queriendo
-Silvia... No puedo hacer eso.
-hazlo
Cojo el móvil y lo miro fijamente, unos segundos despues empiezo a teclear "mi rubia".
Al segundo tono responde.
-¿Ana?
Tiene la voz rota por lo que se me escapa un sollozo.
-Anna
-¿Estás bien? ¿Te pasó algo? Si necesitas algo voy para ahí ahor....
-Anna, escucha, necesito quedar contigo y hablar.... De lo nuestro
-Sí...Vale...
Miro a Silvia y le pregunto la hora, las 10.
-¿a las 12 en el bar de siempre?
-Bien, hasta después Ana
-Hasta después
Al colgar tiro el móvil encima de la cama y me abrazo a Silvia, no puedo parar de llorar.
-Eh, ¿que te dijo?
-Vamos a quedar en el bar
-Muy bien, ¿Por qué lloras entonces?
-Porque soy lo peor... Nada más hablarle me preguntó si me pasaba algo, se preocupa por mi... Se sigue preocupando por mi.
Agacho la cabeza y me miro las manos, me duele todo.
-Ana, despierta ya, prepárate para después.
-Voy
Me levanto de la cama sin ganas y me meto en el baño, me ducho y media hora después me visto, un vestido negro corto y unas cuñas blancas.
Silvia está sentada en el sofá del salón, al verme abre la boca y me mira de los pies a la cabeza.
-Que guapa estás cariño
-gracias
Me sonrojo y bajo la cabeza, miro el reloj del movil, las 11:45.
-voy para el bar Silvia
-Genial
-¿Tú te quedas aquí?
-Mmmm... Sí, puedo ver alguna película en la tele
-Claro, ya sabes donde está todo
-Sí
Me acerco a ella y le doy un beso en la mejilla, me doy la vuelta y salgo después de escuchar un "todo va a salir bien" de Silvia.
En la calle hay bastante gente, pues hace muy buen día.
El bar está cerca así que llego 5 minutos después, entro y saludo a la camarera, miro las mesas y en una la veo, a la persona que me despertaba cuando tenía pesadillas, a la persona que me reconstruyó el corazón, ella, mi rubia, está sentada con el movil en las manos, la cara pálida y unas ojeras "tapadas" por el maquillaje.
Me acerco lentamente a ella y le sonrío cuando me mira, me devuelve la sonrisa, me siento y le pido a Marta, la camarera, un café.
-Hola Ana
-Hola
-¿Qué tal estás?
-Bien...Bueno... ¿Tú?
-Mal, muy mal
Levanto la cabeza lentamente y la miro, tiene sus ojos puestos en los míos.
-lo siento
-No Ana, no tienes que pedirme perdón
-Sí, tengo que hacerlo, no es tu culpa que esté jodida
-No, no es mi culpa, pero yo pensaba...
Se para y mira por la ventana, tiene los ojos cristalinos.
-Yo pensaba que con mi ayuda podrías olvidarte de todo... De Óscar, y de toda la mierda que te reconcome, yo pensaba... Que con mi cariño podrías volver a amar, pero al final me di cuenta, que quizás no me ames lo suficiente como para....
-¿cómo para qué Anna?
-Para empezar una nueva vida a mi lado.
-No Anna, no digas eso por favor.
Suspiro y niego con la cabeza.
-Yo daría todo, y cuando digo todo es todo, por tener una vida a tu lado, pero necesito tiempo...Me entiendes ¿Verdad?.
Pongo mis manos encima de la mesa y le cojo las suyas, le sonrio debilmente y ella baja la cabeza.
-Claro que lo entiendo, quizás yo también necesito tiempo para soportar toda esta mierda, ¿no crees?
Me suelta las manos y se levanta, antes de irse por la puerta se gira para mirarme y me lanza un "lo siento" silencioso.
-Espera Anna!
Grito y salgo corriendo a la calle, no la veo por ninguna parte.
-No te vayas otra vez... No me abandones de nuevo.
Susurro y me seco las lágrimas que me hacen cosquillas en el labio superior, voy andando lentamente hasta el hotel.
-buenos días
Hay un chico de unos 30 años detrás mia, le saludo con una sonrisa triste y me mira con una gran sonrisa, mira a un lado y a otro y me agarra del brazo.
-¿Qué haces?
-Voy a presentarte a una persona
-No, suéltame
Intento escapar pero me tiene agarrada del brazo y de la cintura, me lleva rapidamente hasta un callejón y nos paramos en frente de un muro, no hay salida.
-No hay nadie, ¿Puedo irme?
-No, ya viene ahora
De repente aparece un hombre con una sudadera negra, tiene la cabeza y la cara tapadas por la capucha.
Se acerca a mi y me acaricia la mejilla, un escalofrio me recorre la espalda y me separo de él, por lo que se enfada y me coge bruscamente de los brazos.
-Mira bonita, de ahora en adelante vas a hacer todo lo que te diga.
Empiezo a gritar y me pone un trapo en la boca, siento como me duermo poco a poco y me coge en sus brazos.
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-Despiértate
Me gritan muy cerca del oido y abro los ojos lentamente, delante mia está el hombre de antes con la capucha, me acaricia el pelo.
-Eres preciosa
-¿quién eres?
-No te importa
-Estoy atada en una silla, en un lugar que desconozco y medio drogada, en definitiva... Claramente me importa quien eres.
-¿te crees muy lista preciosa?
Estoy a punto de responderle pero me coge del pelo y pone su cara muy cerca de la mia.
-Ni se te ocurra responder, no tengo ganas de castigarte el primer día.
Me callo y agacho la cabeza.
-Eso es
-suéltame, por favor
-Puedes hacer una llamada, ni se te ocurra decir que estás aquí.
Me suelta las cuerdas de las manos y me pasa el móvil.
Busco "mi rubia" en los contactos y la llamo.
Al cuarto pitido contesta.
-Ana, ¿que quieres?
-Anna...
-¿Qué te pasa?
-Ayúdame!
Noto como tiran el móvil al suelo y escucho a Anna gritar, el chico está delante mia con la mano abierta.
-Te avisé zorra
Me da con la mano en la mejilla y me caigo en el suelo, me desmayo al instante por el dolor, sólo noto como me vuelven a sentar en la silla.
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No digas nada, sólo ámame.
FanfictionDesde la muerte de Óscar, marido de Ana Morgade, tiene pesadillas, y por miedo de no despertar prefiere no dormir. Un día, cansada de estar sola decide quedar con sus amigas, lo que no sabe es que desde ese día todo su mundo se va a volver de color...