Cambie

Capítulo 1

Huida 

Era una oscura noche, la cual iba a presenciar un momento muy duro para una pequeña jovencita, la cual se acercaba con un paso tembloroso a la entrada de la aldea escondida de la Hoja donde se encontraban unas cuantas sombras charlando por lo bajo, intentando pasar desapercibidos. Ella los identifico como su equipo. Un poco extrañada se diriguió a ellos, sin quitar su dulce sonrisa de su adorable rostro. 

-¡Hey chicos! ¿Ocurre algo? - preguntó la chica, espantando a los presentes, que no esperaban encontrarse a la pelirrosa en ese lugar. 

-Emmm, hola Sakura, tú deberías estar en casa. ¡Tus padres deben estar preocupados por ti!- dijo cierto rubio, intentando alejar a la pelirrosa de ellos.

-Basta de mentiras baratas Naruto, no es estúpida, tarde o temprano se dará cuenta- respondió el mayor del grupo, evitando la mirada de la joven.- Nos vamos de esta aldea Sakura, este lugar no tiene nada que enseñarnos, ayudaremos a Sasuke con su aventura, y seremos fuertes y poderosos. 

-Oh... ¿Y yo? Podríais haberme dicho algo de lo que planeabais. Bueno, aun tengo tiempo de ir a por mis co...- su charla fue interrumpida por un azabache

-No- dijo este- No te molestes, no te necesitamos, así que puedes irte. Solo estorbarías en nuestro camino- dijo partiéndole el corazón a la pequeña pelirrosa. 

Sus miradas chocaron, envianolos a ambos a un pasado cercano, que ya nunca podría volver a repetirse. No volvería a haber esa pasión, ni ese amor, nada de eso. 

-Vámonos- ordenó el mayor, sin ni siquiera despedirse de su pequeña alumna, mejor dicho, ex alumna. 

Ellos salieron de la aldea, nadie los detuvo, y ella no correría tras ellos. La habían dejado con el corazón en el puño, el alma partida y un secreto que tanto le dolería, pero igualmente lo amaría. Allí estaba ella, sumida en la oscuridad de la noche, iluminada por la blanca luna y con tan solo un deseo. Que todo fuese un sueño, del que despertaría, volviendo a su vida normal en la academia, entrenamientos, cenas llenas de risa y ramen... Rió y después su alma se acabó de romper, al igual que su llanto, que fue desgarrador. Despertando al vecindario, que al ver a la joven arrodillada y desconsolada fueron a ayudarle, sin importar que fuesen las 3 de la madrugada. 

Pobre Sakura. Ella no sabía nada de lo que se le venía por delante, de lo mucha que sufriría, pero de la de gente que conocería.

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Estoy reescribiendo la historia para que quede mejor. Espero que os haya gustado, encantado. 

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Os quiere, vuestra escritora de confianza, AngelKag.