Capítulo 3

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Tsunade suspiró levemente, y decidió dar por finalizada nuestra conversación diciendo: 

-Mañana partiréis a primera hora, no quiero que lleguéis tarde. - Como respuesta recibió un asentimiento por parte de todos, y se fueron retirando sin alterar la paciencia de la mayor. 

-~·~-

A la mañana siguiente, Tsunade se encontraba en la entrada de la aldea escondida, con la intención de despedir al equipo y desearle buena suerte. Extrañamente, se encontraban todos, menos la nueva integrante del grupo, la joven pelirrosa. A lo lejos, se podía observar a esa muchacha corriendo, mientras era seguida por dos sujetos. Cuando llegaron, los tres jadearon, y los dos hombres hablaron: 

-Lo siento Sakura, pero no hay manera de que yo peda cuidarla- decía un albino, intentando hacer entrar en razón a la fémina. 

-No pienso quedarme con ese monstruito todo el tiempo que estés fuera de la aldea. ¡Además, tengo muchas cosas que hacer!- dijo el otro muchacho, el cual era de cabellos azabaches. 

-Me prometisteis que la cuidaríais, confié en vosotros, ¡Me decepcionáis chicos!- dio media vuelta y se dirigió a la rubia.- Tsunade-sama, la misión tendrá que ser cancelada. 

-¿Y eso por qué?- planteó la hokage mientras se cruzaba de brazos. 

-Ya sabes... no tengo con quien dejar a cierta persona. Y no puede estar sola. - dijo la pelirrosa evadiendo todas las miradas que estaban sobre ella. 

-Ya lo haré yo- dijo Tsunade suspirando, recibiendo como respuesta una sonrisa agradecida por parte de la chica. 

Los dos desconocidos sonrieron, y hablaron hacia Tsunade:

-Muchas gracias por hacerse responsable, Tsunade-sama- dijo agradecido el albino. 

-De la que nos ha salvado- dijo el azabache, recibiendo como respuesta un golpe por parte de su amigo albino. 

Los dos abrazaron a la pelirrosa  le desearon mucha suerte en su viaje. Se despidieron y los dos se retiraron, dejando solos a Sakura junto al equipo 7 y su maestra. 

- Bueno, Tsunade-sama, creo que nosotros ya tenemos que partir- dijo Kakashi, siendo seguido por los jóvenes. 

En cuanto salieron de la aldea, un incómodo silencio se hizo presente. Sakura iba en cabeza, siendo seguida por Kakashi y Naruto. Y por último, al final del todo estaba el último de los Uchihas. El rubio, se dispuso a intentar hablar con la joven, pero fue interrumpido por otro rubio, de larga melena, el cual se lanzó a los brazos de la joven. 

-Mi hermosa flor de cerezo, ¿no te encontrabas tú, en una peligrosa misión?- dijo galantemente Deidara, miembro de los Akatsuki. 

-Así es, pero ya regresé, pero me voy a otra, así que no me verás por aquí una larga temporada.- respondió la joven alejándose un poco del rubio. 

-¿Y donde se encuentran esos dos idiotas? O acaso vas tú sola- preguntó indiscretamente acercando su mano a los atributos femeninos, recibiendo un buen golpe. 

-Ellos no han venido conmigo, voy con otro equipo, no puedo entretenerme más, así que ... ¡adiós!- dijo Sakura, para volverse a poner en marcha. Mientras Deidara también se despedía.

Después de eso volvió a haber un silencio incómodo. Hasta que, Naruto, por fin se atrevió a hablar. 

-Una cosa, Sakura-chan... ¿A dónde vamos?- preguntó bastante curioso. 

-Nos dirigimos a la Aldea de la Arena, en la que Gaara tendría que estar esperándonos, Uzumaki-san. - respondió la pelirrosa, bastante serena. 

-¿Para qué?- preguntó Sasuke, con un ápice de curiosidad como el del rubio. 

-Para que nos de un pergamino, en el cual estará formalizada nuestra misión, Uchiha-san.- respondió Sakura, con la misma actitud que antes, dejando al resto del equipo prácticamente en el suelo, ya que esperaban oír un amoroso "Sasuke-kun".

Las cosas habían cambiado. 

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Espero que os haya gustado como he reescrito este capítulo, me tomó mucho tiempo, pero son 615 palabras llenas de salsa y jugo. 

Con amor: AngelKag


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