— ¡Hora de despertar! -Canturreaba Mellie desde el salón-.
Me levanté de la cama aún somnoliento y salí al comedor. La mesa estaba servida con panecillos, fruta fresca, cereales y bebidas.
Tomé un tazón y me serví cereal con yogurt y jugo de naranjas. Me serví un poco de estofado de cordero con cereales y me senté a desayunar.
Mientras comenzaba a comer, Cressida apareció con el traje que Jinxed, su estilista, le había preparado. Entonces me dí cuenta de que tenía que cambiarme. Teminé mis últimas cucharadas de estofado y fui al cuarto a ponerme ropa. Salí y ví a Cressida terminando de comer.
— Debemos irnos ya. Estamos atrasados -Dice ella-.
Nos apresuramos a llamar al ascensor, cuando las compuertas de éste se abren y vemos a Plutarch. Nos mira serio sin decir nada y luego nos ordena entrar.
El silencio que se forma es incómodo. Así que para aligerar la atmósfera comienzo a hablar.
— Tú eres nuestro mentor ¿Verdad? Tú nos enseñarás a sobrevivir.
— Exacto.
— ¿Algún consejo que podría servirnos...?
— ¿Quieres consejos?... Primero, jamás se te ocurra acercarte demasiado a la Cornucopia, porque podrías morir en el baño de sangre. Toma la la mochila que esté más próxima a tí o corre al bosque sin nada. Si aprecias tu vida, hazte el favor de no encender una hoguera en la noche, a los profesionales les encanta acechar a esas horas. Elige acampar en alguna cueva oculta, o duerme en los árboles, atado con una soga a la cintura para no caer. Busca una fuente de agua, es muy importante. En lo posible, considera la posibilidad de formar una alianza con otros tributos, entre varios es mayor la probabilidad de sobrevivir por más tiempo... Te seguiría diciendo más, pero ya ves que llegamos.
Nos despedimos de él. Avanzamos hasta donde están los demás. La Directora de Entrenamiento da una charla.
— Bienvenidos al Centro de Tributos. Durante los próximos 6 días entrenarán duro. Hay cuatro ejercicios obligatorios que serán evaluados y que no pueden saltarse. Es muy importante que me escuchen ahora... Algunos de ustedes están ansiosos por empuñar un arma, pero déjenme decirles, que la exposición a ciertas condiciones puede matarlos tan facil como una cuchilla.
El resto del discurso es menos interesante, hasta cierta parte.
— En las próximas 4 semanas, 23 de ustedes habrán muerto. Casi el 50% morirá Al iniciar. Un 25% por infección, y el otro 25% por deshidratación... No ignoren la supervivencia.
Terminada la charla, cada quien escoge un puesto.
— ¿A cuál vamos? -Pregunta Cressida-.
— Mmmm... Vayamos al de nudos...
— ¿Seguro?
— Sí, nos vendrá bien. Servirá.
Nos encaminamos hacia ese. El puesto estaba vacío, salvo por nosotros.
— ¿Les interesa aprender ésto? -Dice el instructor poco convencido-.
— Sí. Queremos aprender.
Nos ponemos manos a la obra. Aprendemos a hacer complicados nudos en pocos minutos. Incluso nos enseñó a hacer una trampa en la que puedes colgar a un Tributo de cabeza. No me arrepiento de haber escogido ese.
Terminadas las lecciones de nudos, me dirijo al puesto de Lanzas. Me llama mucho la atención. Mientras tanto, Cressida elige el puesto de lanzar cuchillos. Una buena elección.
Hago fila detrás de una chica que parece ser del 5. Observo como los demás tiran las lanzas directo a las dianas. Algunos dan el el blanco, o cerca, mientras que otros no tienen suerte.
Ha llegado mi turno. Lanzo con fuerza hacia la diana, y la lanza da en el centro. El instructor me mira asombrado y luego me felicita.
Oigo que algo impacta contra el suelo, y luego veo a algunos Tributos alrededor. Me abro paso entre ellos y veo a Cressida echada de espaldas en el suelo, mientras Athos, el foezudo bruto del 2, la amenaza. Intervengo, nadie le habla así a ella.
— ¡¿Qué te pasa?! ¿Eres tarado? ¡Métete con alguien de tú tamaño! -Le grito imponente-.
— Uy... El principito se molestó. Tranquilo, amigo... No quiero dañar tu carita bonita... -Dice arrogante-.
— Más te vale que no vuelvas a meterte con mi hermana, o te meterás en graves problemas.
— ¿Estás retándome?
— Cierra la boca, imbécil -Le digo. Esa fue la gota que colmó el vaso-.
— ¡¿Cómo me llamaste?! -Me dice intentado abalanzarse sobre mí. Pero no puede porque unos Agentes de la Paz intevienen y nos separan-.
— ¡Debiste callarte cuando pudiste, niño bonito! ¡Te mataré en cuanto pueda! ¡Lo prometo! -Me grita fuera de si-.
— ¡Muchacho! ¡Cálmense! Ya tendrán tiempo para ésto en la Arena... -Dice Leona, la Dicercota del Centro- ¡Circulen todos! ¡No hay nada que ver aquí!
Todos siguen con lo suyo. Me doy vuelta y le tiendo una mano a Cressida.
— ¿Estás bien? ¿Te hizo algo? ¿Estás herida?
— Tristan... Estoy bien, no te preocupes por mí... Pero si por tí. Lo que dijo fue en serio. Debes cuidar lo que haces... -Dice ella con aire de preocupación-.
— Ya está... No pasó nada, sólo una de sus escenas. Ya sabes como son los del 2. Siempre intentado llamar la atención -Digo despreocupado-.
Ella se fue hacia su puesto y yo decidí ir al de reconocimiento de plantas y hierbas. Se ve interesante.
Mientras hago fila, veo que llega el turno de Cressida. Me sorprendo al ver el talento que tiene para lanzas cuchillos. Casi todos dan en el blanco.
Cuando termino de ver, ya es mi turno. Reconozco la matoría de las plantas y hongos comestibles. En nuestro distrito hay muchas plantas.
Pasa el resto del día y volvemos al departamento. me doy una ducha helada y salgo un rato antes de la hora de cenar.
Nos sentamos a conversar sobre cómo estuvo el día, hasta que surgió el tema del enfrentamiento de hoy... ¿Cómo se divulgan los chismes tan rápido?
— Escuché que tuviste un confilcto con el Tributo del distrito 2... -Dice Acacia preocupada-.
— No debes meterte con los Profesionales... Son muy peligrosos en los Juegos -Comenta Arhi-.
— Ojalá no haya sido una discusión grave, o te apuesto que ya estás en su lista negra -Afirma Romulus-.
— ¡Que no fue nada! Solo una pequeña disputa... Nada de que preocuparse -Contesto restándole importancia al asunto- Bueno... Si me disculpan, voy a preparame algo para cenar.
Todos asienten y me acompañan a la mesa, donde cambian de tema. Saboreo la sopa de vegetales que hay en mi plato y la acompaño con más estofado de cordero con cereales cómo el de ésta mañana. Como un poco de pastel de fresa y chocolates y panecillos glaseados y me voy a mi cuerto, deseando las buenas noches.
No puedo dormirme aún, así que prendo la enorme pantalla que hay en mi dormitorio. Están hablando de las ediciones anteriores de los Juegos, y de las escenas más interesantes. No me interesa eso, así que apago el televisor y me concentro en el control remoto que hay sobre la cómoda. Con él puedes proyectar una imágen de alguno de los Distritos. Así que presiono el correspondiente al 7 y me quedo observando esa imágen del bosque de mi hogar que tanto me reconforta, hasta quedarme dormido.
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Tristan
FanfictionCuando su hermana es elegida Tributo para los 76° Juegos del Hambre, Tristan tomará una desición que cambiará su futuro: Presentarse voluntario. Protejer a Cressida es su principal objetivo. Hacer que ella sobreviva y gane es su misión. Pero... ¿Él...