A veces pienso que soy como ese gato al que mató la curiosidad, porque siempre acabo leyendo poemas
que me recuerdan a ti.
Y qué si soy una suicida
y me apetece abrir la herida de vez en cuando, para echarle sal
y cerrarla con tequila.Eres como ese viejo amor olvidado que aún escuece de vez en cuando, cuando mis pensamientos me traicionan y me recuerdan
lo feliz que fui a tu lado .Y aunque ni siquiera fuiste amor
juro que podría haberte escrito los poemas más bonitos del mundo
si tan solo me hubieses dejado,
tan bonitos que hasta Becquer habría sonado absurdo, porque poesía...
poesía eran tus manos.Pero claro, tú siempre odiaste a los poetas.