No me pidas que te busque,
si ni siquiera soy capaz de encontrar mis llaves.
No me pidas que te dé cariño,
porque eso es algo que tiene que salir de mí misma.
No me pidas que no te saque de mi cabeza,
porque ya tengo bastantes pájaros en ella.
No me pidas que te quiera,
si todavía sigo buscando la manera de quererme yo.
Tampoco me entregues nada de lo que te puedas arrepentir,
porque sinceramente,
no sé si seré capaz de darte algo a cambio.Mejor dejemos que todo fluya.
Déjame volar, libre.
Y si alguna noche, en uno de mis vuelos nocturnos,
descubro que eres tú donde quiero cobijarme cada vez que la lluvia moje mis alas,
hazme un hueco,
y ya verás como entonces,
no te hará falta pedirme nada.