El día menos pensado volvemos a encontrarnos
y decides devolverme al mismo lugar donde estaba hace unos meses, deshaciendo los 180 grados que había conseguido girar mi vida.Quiero que sepas que te odio, te odio por ser tan inoportuno,
porque juro que lo había conseguido, que ya no se me escapaba tu nombre en las historias que me invento las noches que no consigo dormir, que empezaba a soñar con otras manos muy distintas a las tuyas.Pero entonces llegas tú, que ya me tenías tan acostumbrada a tu indiferencia,
de repente nos vemos cara a cara y todo cambia.
Volvemos a ser los mismos que aquella noche de verano, sentados en el mismo sofá y rodeados de la misma gente. Nuestras manos se vuelven a encontrar de la misma manera, y por si no fuera suficiente, conseguimos mejorar con creces aquel instante.Y mientras paseamos todos al ritmo de la más lenta de las marchas de procesión, nuestros pies hacen lo posible por no separarse demasiado, porque tratan de reducir en silencio todos esos kilómetros de distancia que nos han estado separando tantos días.
Y sí, sé que soy una exagerada, que lo nuestro no es más que un amor ocasional,
pero ahora,
mírame a los ojos
y dime
si acaricias a todas con tanta delicadeza como haces conmigo,
si también entrelazas tus dedos con los suyos.
Dime si es normal que se te acaben las palabras mientras intentas disimular qué pasa debajo de otras mantas,
si se te escapa aquella risilla que no deja de sonar en mi cabeza cuando otros brazos te sorprenden rodeando tu cintura, y si tras reirte, también las abrazas tú...
dime si aprovechas cualquier excusa para establecer contacto con ellas porque así consigues llamar su atención,
si también te acuerdas de sus conversaciones, a pesar de la mala memoria que dices tener,
dime si tras acompañarlas a casa las besas con tanta suavidad en su puerta y si tu cuerpo es una llave maestra que encaja con cualquier otro cuerpo, y no sólo con el mio.Que joder, sé demasiado bien que no es amor, pero te juro que si en algún momento he conseguido que se te acelerase el corazón estando conmigo, para mí, habrá sido más que suficiente.
Por otro lado, yo descubrí aquella noche que eras poesía, y desde entonces tengo esta estúpida necesidad de retratarte en verso todos los días.
Pero no te preocupes por mi, tengo asumido que estoy perdida
Y como siga así, un día de estos se me va a escapar un "te quiero", y entonces la voy a cagar, la voy a cagar de verdad.