Capítulo tres: La fiesta (Parte I)

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Camila había ido hasta el departamento de Micaela para que se arreglaran juntas.

Hasta último momento Mica intentó convencerla de pedirle a alguien más que la acompañara, pero su amiga le insistía para que vayan, que la iba ayudar a distenderse un rato.

Poco después de las diez llegaron a la fiesta, había mucha gente y por lo visto mucho alcohol. Mica le sonrió a su amiga y fue directo hacia la barra, unos tragos era justo lo que necesitaba. Camila negaba divertida con la cabeza, le hubiera dicho de un primer momento que había bebidas y Micaela iba aceptar ir sin poner oposición.

La fiesta estaba espectacular, en su mejor momento. Mica había perdido ya de vista a Cami, quien seguramente ya había encontrado a Nacho; a fin de cuentas, era la razón por la que habían ido.

La rubia estaba concentrada en la barra tomando un daiquiri, cuando un hombre de su edad aproximadamente, morocho y bien musculoso por lo visto, la empujo arrojándole su bebida sobre su vestido. Ella estaba que trinaba, contó mentalmente hasta mil para no hacer una escena en medio de la fiesta.

– Perdóname, ¿estás bien? – quiso saber el causante del accidente, ella lo miró a los ojos y lo ficho completo haciendo que él sonriera.

– Sí, definitivamente sos un idiota – concluyó ella después de echarle una mirada. Él se echó a reír.

– Soy Bruno – se presentó tendiéndole la mano, que ella muy dudosa se la terminó estrechando.

– Micaela – dijo ásperamente tratando de secarse el vestido que él había manchado.

– Nadie va a notarlo – le restó importancia a la mancha de cerveza en el vestuario de ella. – Ahora, para disculparme, acepta esta copa – le ofreció un coctel que obviamente ella aceptó. Era lo único que le gustaba de las fiestas, las bebidas, la relajaban; no era de tomar seguido, pero cuando lo hacía, no había quien la parara, igualmente nunca se puso ebria, tenía gran resistencia al alcohol.

– Gracias. Ya estas perdonado, ahora perdete de mi vista – tronó la rubia.

– Esperaba que ahora aceptases bailar conmigo – la invitó Bruno tendiéndole la mano.

– Mmm... - ella volvió a echarle una mirada. – No, gracias.


***

Hola, este fin de semana tenía que subir un capítulo el sábado, pero me surgió un imprevisto y recién estoy llegando a mi casa y pudiendo prender la compu. En un rato subo el siguiente capítulo. 


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