Capítulo ocho: Equivocación

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De malas ganas, Micaela tuvo que pasar la velada con ellos. Odió a su amiga por lo que le hizo, encima le tocó sentarse al lado del idiota, como ella lo llamaba en su mente.

– Se acabo la gaseosa, ¿queres que vaya a comprar algo para vos? – le preguntó entre medio de la película Bruno.

– Lo que quieras, con tal que salgas de mi lado – sonrió con falsedad la rubia, Bruno negó con la cabeza divertido y se levantó para ir a comprar.

Mica suspiró aliviada por un rato, pero se volvió a tensar ni bien él volvió a su lugar con las gaseosas y unos chocolates.

– ¿Sabes algo? No entiendo porque tan mal te caigo si no me diste la oportunidad de conocerme – le dijo haciéndose la víctima.

– No es necesario conocerte, con solo verte sé que sos un mujeriego y egoísta.

– Las apariencias engañan – reprendió él.

– Yo nunca me equivocó – retrucó ella. – Mejor veamos la película, es para lo que vinimos acá – y así dio por cerrado el tema.

Pasaron sin hablarse el resto de la película, sin embargo Bruno estaba decidido a hacerla cambiar de opinión sobre él.

Cuando salieron del cine, por insistencia de Nacho, fueron a comer algo; Mica se había relajado un poco y ya no le molestaba la presencia de Bruno, estuvieron los cuatro charlando de cosas triviales, hasta compartieron risas y anécdotas.

– ¿Mica te molesta que Bru te lleve a tu casa? Yo me voy con Nacho – le preguntó Camila a su amiga, quien la aniquilaba con la mirada por la descabellada idea.

– No te hagas drama, voy en taxi. – sentenció Mica bebiendo un sorbo de su copa de vino.

– ¿Cómo voy a dejar que te vayas en un taxi? – exclamó sorprendido e indignado Bruno. – Voy a llevarte yo y no se discute – impuso como última palabra él.

Y así fue, después de salir del restaurante. Micaela no le quedo de otra que subirse al auto de Bruno. Este aprovechó el viaje para conocerla más, y que ella lo conociera y de una vez por todas dejara de juzgarlo.

En contra de todo pronóstico, se divirtieron y la rubia habló fluidamente con él; tal vez no era como ella se lo imaginaba, solo tal vez se había equivocado.


Obsesión #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora