Capítulo nueve: Como si fuese posible

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CAPÍTULO 9

– Señorita Viciconte – la interrumpió su secretaria ingresando en su oficina. – Acaban de llegar estas flores para usted – anunció alcanzándole un ramo de rosas blancas junto a una tarjeta.

– Gracias Jimena, podes retirarte – dijo con amabilidad la rubia tomando las flores y ya sospechando de donde provinieron.

"Para la mujer más bella que conocí"

Espero que aceptes mi humilde invitación a cenar esta noche.

Te espero en La bistecca a las 21hs.

Deseo verte ahí. Bruno.

Para sorpresa de sí misma, Mica sonrió. Buscó su teléfono y tecleó un mensaje para su pretendiente.

Acepto. Te veo ahí. Gracias por las rosas.

Sin esperar respuestas, dejó su celular y después de poner las flores en agua, prosiguió con su trabajo.

***

– No puedo creer que finalmente hayas aceptado cenar conmigo – comentaba Bruno mientras hojeaban la carta del menú.

– Bueno, pude conocerte un poco más cuando salimos al cine junto a Cami y Nacho. No sos tan terrible como creí – bromeó ella dejando el menú a un lado. – Ya me decidí, ¿vos?

– También –sonrió él imitándola y dejando la carta. – Contame algo de vos. ¿Tu familia?

– Somos de Mar del Plata, tengo dos hermanos más y mis padres se divorciaron hace algunos años. – le contaba cómodamente ella, aunque le parecía raro, se sentía confiada ante él.

– ¿Tomaste bien la separación de tus papás? – se interesó Bruno.

– Sí... bueno, lo máximo que se puede tomar bien una separación – rió un poco ella. – Fue en buenos términos y no hubo inconvenientes, yo ya era grande y me había ido de casa; capaz por eso no lo sentí tanto. Ellos están bien así, cada uno por su lado. Como hija lo mejor es verlos felices, aunque no sea juntos.

– Que madurez señorita Viciconte – halagó él bebiendo del vino que habían pedido apenas llegaron. – Cuando creo que no podes sorprenderme más, y ahí apareces, fascinándome aun más, como si eso fuese posible. 

Obsesión #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora